Cuernitos Inc

Los motivos son variados y abundan miles de excusas, no hay culpables pero en balanza a veces las cuestiones de infidelidad aparecen y no están considerados dentro del paquete, pueden ser cometidos por hombres o por mujeres, excusas vienen bien si la sorpresa o el asombro o la admiración mutua caducan...

Antes justificando un poco el asunto pensé en que las cuestiones de infidelidad se debía a los genes...esa guanga justificación por diferencias biológicas o fisiológicas en las que suponía que los hombres eran mas proclives a cometer infidelidad porque eran mas prácticos, su afán absurdo de demostrar su hombría o su vanidad por la conquista, la novedad o la adrenalina los orillaba a tremendas hazañas cromagñonescas.

Pero ser una auténtica hija de Eva es ser capaz de cometer audacias también pero sin aparente culpa, ya lo dicen las malas lenguas como la de Sabina -por demás afilada- "los hombres engañan a las mujeres aunque ellas lo hacen mejor"- 

Hace tiempo viví una infidelidad por parte de alguien,  en realidad ya hace mucho, al momento en medio de el desconcierto y el dolor creo que ni reclamé, me limité a llorar creyendo que la mejor justificación era por su carencia de madre. (en el buen sentido, digo, era huérfano) Despuès reflexioné y supe mas bien madre no tenía sin tomar en cuenta lo difunta, capaz de traicionar a sabiendas que alguien podría quererle bien eligió y con todo el dolor me obligé a emprender la retirada recogiendo la poquita dignidad que me quedaba. Me tarde demasiado en recuperar la confianza y obvio en perdonar, porque al hacerse pública la infidelidad los hombres suelen ser más cobardes y se esconden, las mujeres son las que tienen que tomar la decisión fnal casi siempre entre ellas llorar, berrear, reclamar, encerrarse, rogar perdonar, patalear, deprimirse o simplemente alejarse y yo opté por la última sin hacer mas bulla aunque usted no lo crea y también a el le desconcertó que procediera de esa manera... pero no tenía energias para más...

Hasta ayer estoy convencida que la palabra infidelidad se le puede asociar como mínimo con la de agobio, dolor o culpa, en mi poco ánimo no puedo alardear sobre mis argucias femeninas, infiel sòlo fui una vez y no sé si eso deba tomarse en serio porque fue en la secundaria.  Mi relación con el cómplice no se arruinó por una infidelidad, se arruinó por los celos y me basta decir que hoy por hoy en el debacle que hoy saboreo me resulta un tanto amargo haber provocado desconfianzas absurdas sin siquiera haberlas cometido, entre figuraciones se colgó una ornamenta marca diablo sin yo preveerlo y si de cometer tal flagrancia hubiera sido capaz seguramente no me sentiria orgullosa pero la responsabilidad la hubiera asumido

Nunca lo habia leido, y visto con tanta rabia y el dolor que me causa su pensamiento general sobre mi es que me obligó a huir con mi corazón, con mi semblante desgastado y mi poca fe en que si se mina la confianza en cualquiera de las dos partes ya no hay poder humano que convoque al arreglo y la relación se salve.  Quizá todo ya estaba arruinado desde un principio con detalles que hoy me averguenza comentar...  Todo se queda destrozado en ese carrusel que alguna vez parecía ser perfecto para ti y  para él y aunque no se quiera debe uno detener a tiempo el juego y bajarse por que es necesario no es suficiente voltear a otra parte.

Creo que los cuernos no son propios del infiel sino del diablo que nos atormenta,  tal vez si fuera cínica podría presumir la hazaña, pero el que alguien a quien amo piense que lo traicioné es una cosa cuando puedo ser casi de cualquier calaña menos esa clase de hija de Eva.