A estas alturas los "Kits de supervivencia cultural" ya ocupan toda un ala de la biblioteca de Alejandría
Leí un argumento largo sobre las bondades de la autosuficiencia y la solteria. Perdonenme yo si me siento a veces sola y vulnerable; en estos tiempos de pandemia e incertidumbre, hasta conseguí un empleo temporal en lo que termina mi receso forzado por causa de la falta de recursos. Parece que la experiencia pandémica te viene a dar la oportunidad de aprender, resistir, renovarse y adaptarse; lo único que no reemplazas es el miedo el hambre o sobrevivir. Vine a dar a un lugar que habilitaron para enfermos en recuperación de covid y mi labor se remite a cocinar entre otras cosas. No hay tiempo para selfies, lucimiento o alguna otra superficialidad. Parece mentira que yo iria a dar a un sitio donde en sueños seguro nada más creo yo serviría para lavar platos o andar de pinche. También he aprendido, que no hay nada que se pueda hacer a solas ni estar a solas mismo, cuando aprendes que todo tiene destinatario, todo es importante, que hay que hacer equipo, lo bonito (sobre todo cuando puedes compartirlo) es sentir que de algún modo puedes apoyar o brindar consuelo con un plato de comida.
Si fueran otros tiempos, quizá me estaria quejando de toda la friega que es hasta manejar alimentos, cantidades, combinaciones y hasta su traslado pero no, estos tiempos no son de queja son de aprendizaje y valorar lo que tienes porque hay mucha gente que la está pasando peor que uno.
Solo tengo tres notas en mis crónicas de confinamiento infinito:
Entrar a Terapia Intensiva con todo el equipo de protección, parece escena de ciencia ficción pero la realidad siempre las supera y algo harás mal... menos mal que no es Ébola.
Si no tienes nobleza no tienes lugar en ningún sitio donde sea básico ser respetuoso y compasivo.
Un logro desbloqueado para mi vida con esta experiencia, es aprender de la paciencia, tolerancia y valor, casi como en el cuento del Mago de Oz