"Propositos de año: no continuar con relaciones amorosas con alcohólicos, trabajadores compulsivos, mirones, megalómaniáticos,jodidos emocionales o pervertidos"
Bridget Jones
Gabriel, era un tipo bastante educado y muy atento, listo, ojos grandes, pelo oscuro, con cara de malo pero mirada dulce, formaba parte del club coral de la preparatoria donde mi hermana participaba, mucho tiempo dirigiéndome miradas lánguidas y torbas, yo torpe y haciéndome la occisa creo que hasta para hacer algún guiño inocente fui una miedosa.
Pasó un año entre que me escondí y escapé por la ventana del salón para no topármelo en la puerta le fuí conociendo, y he de reconocer que fue persistente, un año insistiendo rindió frutos, en visperas de un cumpleaños numero 18 le dije que sí.
Así tan formal y lindo poco antes de nuestro primer aniversario, comenzó a celarme en demasía y a presionarme para tener relaciones, de las cuales no tenía la mayor gana para comenzar.
No niego que comenzé a sentir "cosas" cada vez que me besaba pero moría de miedo. Terminé con él un dia muy lluvioso, llena de pretextos y su semblante se tornó casi tan nublado como ese día, excusas vagas y bobas me sirvieron para huir como cobarde, sé que me faltó considerarlo más.
Los siguientes dos años de mi vida mantuve una relación con Héctor, particularidades muy especiales me unieron a él. Estudiaba música en el conservatorio, crecimos relativamente juntos, sus padres y los mios eran muy amigos, he de reconocer que cuando eramos niños no nos tratamos cordialmente, tiempo después el debió irse a estudiar a Europa y lógicamente yo debía quedarme aqui. Dejé de ser doncella, recatada y pura y eso me instaló en cierta realidad. Ese hecho trascendente por lo pronto lo deposité en alguien especial pero es ahi la que fué mi primer averia al corazón.
En los días de Universidad un chico alto de mi clase en séxto semestre, hizo aparición en el guión, atlético, con cuadritos en el abdomen, flaco pero marcado.Victor alias Sport Billy, formaba parte del equipo de basquet, comenzámos a salir a fiestas juntos, con toda la bola de amigos, se dieron las cosas que así comenzamos a depender para bailar y después para los besos, para cuando me dí cuenta ya estábamos enfrascados en rollos más intensos y fisicos.
Ahora sé que no me gustaba particularmente demasiado, creo que era mi ego de presunción. En lo que da vueltas la vida, terminó dándome una patada en el trasero, una chica bastante mas chica, fue su excusa y sin explicación. Aprendí la lección y me alejé en lo que me aconsejó mi maltrecho ego y le dije chau al número 3
No hubo intermitencias significativas con los chicos en un rato, me fuí dando encontronazos absurdos. Comenzé a trabajar y conocí a Alberto el fotógrafo Argentino que terminó siendo medio Psyco. Controlador, manipulador, celoso, alguna vez me dijo que le creaba complejo de inferioridad, casi nunca tenía ni un clavo en los bolsillos, juergas hasta el amanecer y varias compañias extrañas, con mucho alcohol fue lo que me dejó, además de conflictos de seguridad y culpa
...me asustaba tanto que poco le faltó combinar los golpes con la celotipia desquiciada.
salí por piernas de su vida y mis delirios de persecusión y desconfianza después de enfrascárme en esa relación tan vertiginosa y enferma me marcó a andar medio siscada.
Luego Miguel, el publicista, extremadamente pulcro pero con demasiadas marañas en la cabeza. Citas, llamadas, salidas, cenas en la terraza, palabritas en clave y en forma de slogan. Duró el idilio poco más de un año me llevaba 10 por encima, divertido, muy interesante, independiente; así que yo asumiendo que era un tipo "maduro" no tendría mayores conflictos de adaptación o decisión. (inserte una trompetilla aquí)
Un día me contó que había visualizado mi futuro con él pero yo sólo me vi encerrada en una torre de cristal llena de humo (no por los efectos especiales, sino por sus puros).
A mis 27 años el resultó mas inmaduro y obvio con tantos lios y tan super perfeccionista, que eso fue el enemigo de la razón para continuar.
Nunca me importó la diferencia de edades, para mi eso le da un plus a las relaciónes, pero todas esas rémoras arrastrándo me obligaron a huir y ahora entiendo mucho cuando uno está obligado a realizar cambios drásticos y decidir de ese modo.
A Luis, lo conocí en una exposición y me enteré pronto que era abogado corporativo. Entre sus gracias me cantaba en japonés y se pasaba horas hablándome al celular. Un auténtico Workaholic un "niño pijo" o niño bien. Justo de mi edad, con ciertas reservas accedi a salir pero me atrajo enseguida porque me hacía reir y era muy inteligente sin poses. Su humor ácido y malhumorado me sedujo en más de un ámbito y bueno, añadan auto bonito, trajes bonitos, carrera profesional impecable, reconocimientos, escuela de prestigio y hasta las corbatas tenían un toque Scappino. En su bitácora figura lo destacable como las mejores llamadas en línea perversa divertida y cachonda, pero algo no concordó y hasta las salidas con gente del jet no me llamó.
Chantajista se creyó que yo era una cuenta mas de su firma y paso poco tiempo para mostrar su carácter inestable, que comenzó a asustarme. Impulsivo, se aparecía en los sitios en los que yo estaba, sin aviso. Un buen día encorajinado me pidió que nos casáramos poco antes de terminar y amenazó que se casaría con alguien que había conocido una semana antes... entre jaloneos dije que no.
Del número que sigue he perdido la cuenta cuántas veces he hablado de él y me obligé a huir. Es la mejor persona que conocí pero no la ideal. Daniel El polítologo jugó bien sus cartas y se intercambiaron los papeles yo por primera vez había decidido no ser la mula.
Cuando decidí por fin irme de su vida me costó. Tal vez las relaciones son difíciles tanto como uno quiere, o seguramente tiene uno las que necesita. Ultimamente me fijo en los hombres que no pueden quererme, supongo que son lo suficientemente inteligentes para no decidir hacerlo.
Los chicos malos son los que mas terminan empatando de alguna forma con uno o es algo relativo a lo que freud me dictó. Irónicamente la mayoría posee nostalgia o calentura y me buscan.
No quiero un auto bonito ni una sonrisa perfecta, los workaholics no me gustan pero son a veces los que mas interesan. Tal vez abunden por ahí los no tan agraciados pero siempre sensibles y considerados casi como el sr. Darcy de bridget Jones