Yace aquí abajo todo un atardecer, con posible tormenta.
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Natsume Soseki
Justo hace unos días me alegraba de verdad que llevaras el nombre que el te puso. Ahora voy a extrañar su temperamento huraño miedoso y malhumorado que con sus ojitos azules bien podías descifrar lo que detestaba los arrumacos y el exceso de mimos.
Es una ironía que la más cauta y desconfiada de mis gatunas se haya salido por la ventana sin buscar aventura, sino para pasarse hacia el patio y no preever que un perro podría sucumbir a su encanto y ponerse a jugar con ella hasta el grado de matarla.
No me resigno a que sean cosas de la vida, como alguien me dijo tratando de buena fe consolarme, tampoco creo en accidentes aunque tenga el sello de simple instinto animal, la verdad que llevo ya mucho rato llorando y lamentando no haber estado para "salvarla". No llegué a tiempo, cuando la levanté del piso ella estaba todavía calientita su cuerpecito aún flácido pensaba, quizá me oiga y ella abra sus ojitos.
Estoy culpándome y asumo que mientras lloraba abrazándola y besándola de pronto pensé en lo ridícula seguro que me verían tratando de traerla de regreso. mirarla en exceso creyendo que con eso la raería de vuelta, estaba loca llorando y hoy sigo a solas como una niña inconsolable...
si quería una excusa para escribir lamento que haya sido esta.
Mientras la abrace para despedirme, le reproché mas de una vez el porqué se salió si a ella no le gustaba la calle. si tenía tan pésimo humor para lidiar con gente y con el exterior, a menos que fuera el brillantísimo sol o las flores de las plantas que tanto le gustaba oler.
su mal malhumor me hacía reír y su mal tino escondiéndose de todo dentro de un cajón de la cocina o el clóset.
Huía al patio trasero a "refugiarse" junto a Boris la pata prefería pasar intemperie y frio con tal de seguir su instinto mal dictado que algo iba a pasarle si veía llegar visitas o alguien a quien no estaba acostumbrada..
Parece masoquismo pero creo que voy a lamentar no sentir sus rasguños como hoy por la mañana que estaba enterrándome las uñas afiladas haciéndome entender lo que odiaba el exceso de cariño y que si se refregaba en mi pierna era ese el indicio de permitirme caricias pero no más.
Nube. maullabas tan poquito pero cuando lo hacías era porque me pedías agua, querías que te acariciara o acudías al llamado cuando decía "mi amor bonito"
mis dos gatas notan la ausencia, dan pasos sigilosos y con ojos asustados revisan algunos rincones de la casa. Una de ellas (su hija) se ha metido en una vitrina y se ha quedado ahí dentro como en suspenso, como si aguardara mirando hacia la ventana de donde salió; pero nube ya no va a volver.
lamento mucho hoy no haber llegado a tiempo... no haber podido estar
lamento no haber dejado cerrada la ventana
me duele mucho no haber podido salvarla como cuando la encontré