Cambio de Escenografías

A veces uno pone las cosas en la vida previstas a que es lo que dictará tu existencia, algunas son escogidas otras la vida misma se enarga de proveerlas.  De pronto sucede que cambian los escenarios o las escenografías casi como en un story board para una película.    Amanezco en mi cama,  de costado a un ventanal donde todo el sol entra confiado y otro día en un cuarto sobrio que no va mucho con mi estilo por los brocados que tiene el mobiliario pero provista de un jarrón lleno de lilis.

Hace un par de días tratando de colgarme un vestido de fiesta para una elegante cena el timbre en alerta del telefono como mensaje de agente o espia de 007 avisaba que debía tomar un vuelo y ya no quedaba mucho tiempo me tuve que olvidar de departir o beberme un vinito. Abrigo en mano me cubri y salí con todo y tacones altos con un feo bolso de viaje para el aeropuerto.  Ya me lo habían advertido pero supuse que el maldito telefonito no sonaría y podría sonreir luciendo un poco de la juventud o la poca belleza que ahora tengo andando por calles de la ciudad de México

Esta vida es una aventura vístete en mood de viajera improvisada, que no puedes ir elegante en la clase turista.    Me río de mi o se ríen los demás,  el baño público de la estación aérea de pronto se puede convertir en tu propio vestidor que no tienes en casa y hasta provisto de señalización adecuada por si hay que salir disparada. Siempre he odiado correr, ni corro en defensa propia ni aun llendo a ofertas de compras.  De los viajes improvisados basta decir que al menos en esos horarios no abunda tanta gente y muchos hombres atractivos que solo llevan una cartela, un portafolio o su lap en plan ejecutivo hacen verlos interesantes cuando se les dibujan canas en las sienes o ligeras arrugitas.   A más de uno la esposa lo esperará y hasta apuesto que despierta en la cama sonriendo con una cena, o una carta de su hija celebrando que llego sano y salvo a casa.