Cada una de las décadas que vivimos en carne propia va dejando huella en nuestra manera de entender la realidad. El pasado se convierte en presente cuando deja de ser olvido, tan lejanos y tan próximos, ayer reviví de mis mejores épocas.
Esbozando una sonrisa para foto al subir a su auto, rumbo a la fiesta de Mandorla, mi amiga la Maga Cronopio exclamó "¡es todo el plástico que pude conseguir!" - llena de Accesorios de tamaños grandes y de material plástico. ¿Quién no se acuerda de los poderosos cinturones anchos de color junto con aretes, crepé, hombreras, mallas y zapatos de piso, pantalones bombachos, camisas enormes, lentes de colores, sacos cuadrados arremangados, peinados con copetes tiezos de gel o con litros de spray según se prefiriera y jeans rotos, deslavados con chamarras bombachas.
Con la muerte de la filosofía hippie se establecieron nuevos hábitos sociales con el yuppie como figura central, el look maximalista y barroco, el espíritu del despertar de las notas pop junto con el undreground.
Ayer me dí cuenta, era yo una fresa, no pude atisbar ninguna nota con ciertas letras de música mas "pesada" de la época. Los íconos fashion juveniles por antonomasia plagaban las radiodifusoras, los canales de televisión y la moda producto derivado en toda una generación, como el
new romantic que comenzaron a utilizar bastantes cantantes y grupos en su estilo e imagen. La vida nocturna revivió anoche en esa cochera larga de puerta azul con todo y grupo de rock, casi como al destape de una botella de champagne, la efervescencia y las burbujas divertidas en la garganta hasta quedar afónica. Y yo que me creí que ya no tenía edad para saltar y beber toda la noche, mis dos amigas Mandorlas y la Maga fueron cómplices perfectos junto con un séquito de contemporáneos treintones.
Aun cuando haya tanta tecnología de donde echar mano y gracias al bluetooth me hago de frivolidades que llenan mi aparato celular, aun cuando los tiempos hayan cambiado y no existan casettes sino cd´s, aunque ya no haya que cargar disquetes sino usb, aun con todo eso, mi mejor época fué la década de los ochentas. Hace tiempo alguien ya me había preguntado acerca de pero significaba remontarme a tanto que perdería la cuenta de todo lo que podría hallar en ese baúl.
Me remonto a los días de tardes en la sala del hall de casa de mis padres tumbados en el sofá mis hermanos , primos y amigos jugando Atari primero y después Nintendo con Mario bross, viendo peliculas de terror muchas malisimas al puro estilo gore, tardeadas Helados bing y los primeros conciertos aqui en México, con Rod Steward
Timbiriche estaba de moda junto con las flans y se abria el telón de fondo para agrupaciones como La unión, Alaska y Olé olé, el rock en español comenzaba su punto mas alto pero también los kiss, Michael Jackson y Madonna hacían su aparición comenzando asi sus pininos. Para esto Génesis, the police, Queen y the who ya estaban abriendose brecha desde hace rato junto con Kerigma y demás grupos underground.
Human league, Thompson Twins, Erasure , Depeche, OMD, Pet shop boys, U2, Roxette, sting, Duran Duran encabezaban mis particulares colecciones... Ahora después de que los años me han ido transformando, también han hecho valer mi instinto mas allá de modas pasajeras o intrascendentes, dejo de lado opiniones sesudas o ajenas. Reinvindico con orgullo que los Ochenta sin duda fueron de lo mejor, con aquellos acordes en los oídos y el pecho extenuado de tanto esperar en vano territorios de nostalgia, hay hilvanes que se abren de la mente y siempre ocurre que cuando acudo al rescate de esa maravillosa época las notas se cuelan y ponen a bailar mi memoria.
De mucha gente de la época me encantó sus descripciones irónicas, su escepticismo, el hambre de comerse el mundo, me encantaban las descripciones exactas de sitios con canciones engoladas de amor sonidos sintetizados y agolpados a un solo bit que me hacian terminar ebria de entusiasmo y vida. frankie goes to hollywood, level 42, the kiss, bananarama, son mis añadidos que hacían que mi humor se levantara
Puedo cerrar los ojos cuando escribo y aun asi fluirían las palabras, aun sin tema... solo a un solo ritmo, donde no olvidaré ni un solo día, créanme nada como los Benditos Ochentas.
Y al igual que el cometa halley al igual que la fugacidad y el brillo de la década, la fiesta terminó a gran velocidad, nunca había mezclado tanto en un sólo vaso, ese barroquismo cegó a muchos, la moda, la vida nocturna en el magic circus o el news, al igual que el Halley su recuerdo a varios que estuvimos ahí esa noche acompañando a Mandorla nos dejó una estela que volverá a recargarnos de nostalgia mágica por lo menos otras décadas más hasta que haya otra fiesta ochentera bajo el amparo de lycra, hombreras y crepé.
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