Hace días me reencontré con "Persépolis" y hoy comencé a leerlo otra vez. Voy en la parte donde el gobierno en turno prohíbe que las mujeres muestren el cabello porque excitan a los hombres. Catalogan a los hombres como perversos de facto.
Parece que estamos frente a una narrativa similar en México con argumentos que antes yo creía exagerados.
Tristemente nos alcanzó la realidad.
Pienso que ante la oleada de feminicidios y la nulidad de respuesta del gobierno y su poca empatía quizá se espera llegar a un estado máximo de emergencia para instaurar medidas que coarten la libertad.
Las políticas del miedo.
Quizá lleguenos a esos grados de que todos desconfiemos de todos porque divididos ya estamos y así, para dar luz verde a una protección militar. Suena fuerte.
Hablar del presidente como una especie de narcicista dando conferencias diario y con actitudes de Dictador suena fuerte
Hoy casi todas las mujeres que conozco tienen enojo, tristeza, frustración pero sobre todo miedo.
Algunas feministas piden que los hombres se deconstruyan y otras queremos ser sororas con otras mujeres a pesar de no tener las mismas filias políticas o la educación o el grado de violencia. Es un paso pequeño pero va a tardar generaciones, hoy no quisiera pensar cuando me tocará a mi o si otros nombres de mujeres van a salir a la luz con casos tristes.
Si le pasara a alguien de mis amigas o familia, seguro que querría también romper todo.
No sé si este cambio de gobierno haya sido lo óptimo, que mejor ofrece cachitos de loteria; y pide que no le rayen las paredes.
Sea cual sea el gobierno y los colores que tenga parece que estamos solos en México.