El día que los ángeles llegaron tarde (andaban en otro cielo)
estrené unos zapatos nuevos y recibí un telegrama urgente que decía:
Fin de temporada
Yo, que no estaba ya propensa a emocionarme,
sentí que había perdido mucho tiempo.
¿Se han preguntado alguna vez que es lo que hace brotar un tierno recuerdo del pasado?
A veces tan sólo hace falta dinamitar el ánimo para evocar recuerdos, uno puede estar frente a la lluvia, o culpar al clima, atisbar un sabor en el paladar, percibir un olor, acudir a un sitio, o llenarse de algún sonido.
Hay recuerdos que se agolpan y a veces no haces mas que tratar de verificar en algún casillero de vida contiguo que olvidaste leer en la etiqueta que es un recuerdo más que hay que tirar al frasco del olvido
Leyendo ciertos pasajes de casi cualquier libro, uno vuelve evocar recuerdos y incluso unos pueden ser retratados casi como en un film sin story board de por medio, puede uno ver como si estuviera ahí justo en el sitio... sin que la espalda del tiempo los roce siquiera, seguramente aparecerán también las personas, su risa o el brillo de su mirada. Creo que hay ocasiones de los cuáles agarrarse de frascos de emergencia para poder rescatar los recuerdos más entrañables. A veces ni falta inspiración ni que acudir a las musas, el montículo de recuerdos siempre está al acecho en cualquier momento, aparecen o se presentan en situaciones que no tienen que ver con lo extraordinario, puesto que esos pequeños detalles son los que hacen extraordinarios esos recuerdos.
si pienso en que exista un elixir o selección ... aún no logro hallarlo. a veces hasta mirando fotos siempre he pensado que son una especie de fetiches que podemos guardar en nuestro bagage propio.
Afortunadamente tengo guardados en frasquitos transparentados y con una buena tapa para cuando he necesitado revivir algún par de ellos, y es cuando pienso en mis propios naufragios creo que yo salvaría todo aquello que quisiera me acompañase... cosas tan insignificantes y triviales como una carta, un sabor, un libro, una letra de canción, un par de objetos, una tarde lluviosa, una conversación con un amigo, un beso robado y una mirada furtiva ....
No sé si para algunas personas duren toda la vida, pero para determinados seres humanos los sueños se acaban . Quizá la misma vida, una tarde, una mañana o una noche algún par de cosas deciden desaparecer casi como llegaron, de pronto ciertas ilusiones y personas también, uno crece, deja de soñar pero no de añorar lo que dejó huella importante sobre todo aquello que deja un aprendizaje.
Hacer un listado de todo tipo de cosas puede que sea fácil pero aderezarlos con recuerdos que nos agraden, que nos desagraden, que nos provoquen, que nos hagan reflexionar o inhunden saudades no sé de cierto que tan fácil resulte... pero me parece una idea genial para remembrar aquello de lo que que nos hemos arropado por alguna razón, lo que nos ha hecho sentir , aquello que reflejamos o pensamos y que a bien ha conformado quienes somos.

Este post es una especie de invitación para todo aquel que quiera compartir y escribir acerca de sus recuerdos, en estas épocas veraniegas donde hasta el tiempo nos da la espalda bien podría ser un buen pretexto para compartirlos entre nosotros. En
El Diario de Pelusa están las bases y todas las instrucciones, la fecha límite es hasta el 15 de agosto está habilitada la liga y los enlaces Solamente podemos decir que la vida de muchos de los que experimentamos las alegrías y tristezas en los blogs están plagados de recuerdos y anécdotas, nunca volverá a ser, creativamente la misma en sus inicios pero hay que reactivarla y este puede ser un buen pretexto.
Se los juro por mis blogs y mi memoria eidética :)