Escribo hablando

De pronto, caminando por la calle, noté que no lucía como habitualmente solía ser en tiempos anteriores, y espero no se malinterprete, la calle es preciosa, edificios e iglesitas parecen formarle una valla natural y la mayoría de esos edificios antiguos en conjunto son de estilo neoclásico. Y asi angosta es como uno puede dimensionar que la calle desierta luce rara; quizá es la costumbre de saber que somos demasiados, o la incertidumbre que poco a poco vamos quedando menos... 

Podría decir que la Ciudad, en algunos tramos, parece provincia en un día de guardar cualquiera.  Alguien con una máscara y cubrebocas a través de un altavoz, comenzó a dar indicaciones con la instrucción precisa  de como pasar la calle.  no eramos más de 10 personas pero debíamos hacer una fila. 

Como si de la misma instrucción se tratara, en silencio, intercambiamos miradas con el público del contraflujo aquellos que venian opuestos a nuestra dirección,  de alguna forma como si eso, sorprendiera, en medio de rios de gente, en.condiciones normales apenas si nos damos cuenta de la presencia de unos y otros.

Todo debe ser en completo orden, para comprar, para entrar a un establecimiento, para ir al museo, para pagar un servicio hoy todo parece de ficción momentánea aunque ya lleve tantos meses. Quizá en un hecho histórico la guerra es quién enmarcaria estos escenarios tan extraños... pero sinceramente todo esta lleno de hechos y por dar por sentadas las cosas no nos hemos percatado de la hilera de acontecimientos que nos trajo todo esto.

 Al formar la fila, parece que aún no eres consciente del espacio; un poco es un alivio, a mi no es que me alegre wl confinamiento, me trajo ansiedad, incertidumbre, dudas poca esperanza; lo que quizá me confortó era que, no tenía que estar quizá ya conviviendo con tantas personas.   Reinventarnos y acatar reglas quizá ha sido de las cosas que tuvimos que aceptar y adaptarnos ha sido todo un reto.  Es curioso que nada vaya a ser igual,  porque acabando 2020 no es magia  quizá tengamos que seguir aprendiendo sobre nuestra propia intimidad, enfrentar del miedo,  capotear el fastidio,  mantenernos alertas y no vencernos, quitandole resistencia al encierro.

La soledad quizá sin querer la había entrenado y no me ha resultado tan caótica como para otras personas que conozco y que en medio de incertidumbres uno debe ser paciente

Cuando todo termine.  Ya ningún sitio será seguro ni para abrazarnos  pero segura estoy  que habrá de ser tan distinto el momento que habrá esperanza.  Quizá tengamos que pedirle al Universo.

Nos leemos en el 2021

Ciclos de Navidad

Cuando amas ésta  época es para recorrer la historia en torno al Arte con un motivo:  El ciclo de la Navidad junto con la sagrada familia y el nacimiento. Estaba recordando que hace unos años,  fui a misa de navidad a una parroquia en una zona rica de la ciudad.  Probablemente una de las zonas más ricas del país. El padre dijo que haría un paréntesis antes de comenzar la homilía.  Nos contó que habían recibido en la parroquia a una familia de migrantes en su camino a la frontera norte que no tenían dónde pasar la noche. La gente, nerviosa, comenzaba a verse de reojo presintiendo hacia dónde se dirigía el padre:  - Sabiendo de la buena fe y generosidad de la comunidad de esta parroquia, quiero pedir algún voluntario para acogerlos esta noche-  El silencio y la incomodidad de los cientos de feligreses fueron eternos. El padre repitió la petición varias veces.  Finalmente una mujer alzó la mano.   El padre agradeció a la mujer y pidió a la familia de migrantes que pasara al frente.   La "familia de migrantes" resultó ser un cuadro de la Sagrada Familia, y pues nada, se nos cayó la cara de vergüenza a todos. 

Nunca olvidaré la lección 

Cuando amas esta época es para recordar que en nuestro corazón debe imperar la generosidad.

Una vez, cada 800 años.

No hay nada más duradero que el instante preciso. Así como muchos están apreciando el cielo por ver eso tan maravilloso, así con esa intensidad te veo yo .

Notas del Diario

Sé que el mundo y todo se está cayendo a pedazos, pero me parece interesante el fenómeno de construir algo con alguien en medio de todo esto, aunque Enero sea hoy el "Qué pasará" .  Lo único que si me pensaria mas de dos veces traer hijos,  aunque eso de esperanza, no es el mejor momento.

No eres lo que alguien más, dice de ti.

Hacía mucho tiempo que no conseguí reconciliarme con mi aspecto. Tuvo que pasar mucho tiempo; (esto no lo conté a nadie)

No se sentía del todo real muchas veces mi imagen con el espejo, pero después de unos años y fuera de la misma intención me observé tiempo después y hasta que no fue el suficiente me agradé.

Hubo un tiempo que evadí la idea de hacerme fotos, imaginen, tiempos sobre todo de éstos de instagram fb y demás lastres que se usan para validarte y autocomplacerte con miles de trucos y filtros. Yo mientras tanto, procuraba no mirarme en los espejos,  en los escaparates, en las puertas de vidrio y me escondía hasta de que me etiquetaran en publicaciones.   Resonaba en mi aquella frase tan llena de veneno que alguien que supuestamente "me queria" me dijo una vez en el tiempo que estuvimos juntos  - ni siquiera eres bonita, nadie más va a fijarse en ti, asi que agradece que yo quiera estar contigo-  suena cruel, en el momento muy demoledor hoy parece increíble para mi habermelo creído tanto tiempo y que por ello solo me asomaba a cierto reflejo por las mañanas,  en el cuarto de baño a años luz de ya no seguir en esa pésima  relación.

En los años mozos dentro de nuestra imperfección envuelta en pubertad ni siquiera ahí me sentí tan insegura como en esa época y hoy justo es donde ya no me cuecen al primer hervor, ni  Carolina Herrera  aunque afirme que a mis 40 no deberia traer hoy una melena abundante me hacen mella.  Hoy la pandemia me obliga a traer una mascarilla ha de ser esa mi seguridad ja...  ^^ 

“Universos paralelos”

El pasado Noviembre, el detalle de retratar una pareja observando una pintura de otra pareja, ha sucedido tan bonito como la casualidad.

Este cuadro  es de Gustave Caillebotte se llama  ‘Paris Street, Rainy Day’ y es de 1877.  En esta, su obra maestra, Gustave presentó una inusual monumentalidad y control composicional para un sujeto impresionista común, los bulevares parisinos que estaban cambiando el paisaje citadino.

 El resultado, es considerado tanto real como inventivo; casual y coreografiado, con sus figuras curiosamente separadas, el lienzo representa el anonimato que los bulevares parecían crear entre la gente.

La crítica levantó cierta controversia por la dirección que pareciera llevar el hombre de la extrema derecha, que chocaría con la mujer de la pareja. El autor comentó que es parte del desinterés que parecieron presentar los parisinos,  a partir de los amplios bulevares.

Las personas en las ciudades parece que no hemos evolucionado desde ese desinterés. No importa la zona geográfica