Diganme superficial pero aparecer retratada con unos zapatos espectaculares como los de ese cartel sería pretencioso (una mortal como yo) pero una vez en la vida tal vez podría uno hacer sacrificios en comprarte algo y usarlo aunque no te saques fotos ni seas tan espectacular.
Desde que los vi yo me enamoré por completo. Siempre he pensado que no hay que prohibirnos ciertos placers culposos; ¿cuál es el suyo? Yo por lo pronto pienso en 3, no importa el orden.
Devorar algo aumentando en tu derrier o en
consecuencia un par de libras en tu cadera.
Comprarte lo que te gusta aún cuando implique quedarte
sin varias quincenas o con los bolsillos vacíos y otra sería Recibir una llamada de alguien que hace tiempo no ves a quien quieres mucho, que te gusta y no importa si se extiende esa conversación hasta la madrugada.
A la pregunta de ¿cómo se ve el mundo desde unos tacones? A veces diría que "Muy
frágil. Puedes caerte enseguida, sobre todo en estas calles tan poco perfectas. Al mismo tiempo pareces más
alta y estás con una aparente seguridad. Pero es mentira...no eres ni modelo ni las calles son una pasarela
Una
de las cosas que no he confesado es que soy una
auténtica loca de los zapatos. Me muero por ellos. Ambos mantenemos una
auténtica historia de amor apasionada. He de reconocer que cuando "me
enamoro" de unos zapatos, no paro hasta verlos puestos en mis pies. A
estas alturas de mi vida sé de dónde proviene esta afición pero no es
el momento de develarlo. Sin embargo, si es cierto que mi gusto por
los zapatos ha determinado muchas veces la ropa que he llevado a una
boda o acontecimiento. Últimamente, procuro no mirar los escaparates de las zapaterías
hasta que no he decidido la ropa que voy a llevar. Y, después, me
compro los zapatos.
Hasta ahora siempre era al revés.
Me
encantan con tacón, con mucho tacón, los modernos, los de
salón, los de colores, menos las botas con cordones,
las sandalias, los zapatos bajos curiosamente me cansan despues de unas horas, los deportivos ultimamente por si debo correr... pero toda mi seriedad se pierde en los
zapatos. Lo que jamás me pondría en el cuerpo mis pies lo aceptan sin
complejos soy bien pordiosera. Porque aparte de todo son atrevidos, alegres, vistosos, sensuales,
juguetones, soñadores, extrovertidos, elegantes, llenos de vida y no son pequeños ni grandes como del 5 :S
unos buenos zapatos de tacón me proporcionan
una seguridad que estoy muy lejos de sentir frente a varias situaciones, Sin embargo, es verdad que
cuando uno ve el mundo diez centímetros por encima de lo que está
acostumbrado a mirar, la perspectiva es distinta. Y en este mundo de hombres por el que transito, cuando una puede
sostener su mirada no desde abajo sino a la misma altura la actitud
cambia.
Lo de los tacones también tiene sus
inconvenientes soy especialmente pequeña así que uno no puede parecer que traes zancos, soy lo suficientemente ancha de caderas y tampoco es lindo tener muslos y taconcitos delgaditos.estéticamente no encaja ni cuando tienes pies grandes.
No hace mucho me comentaba un conocido lo difícil que es encontrar algo que le guste. y yo me he quedado pensando que pasaría si fuera mujer con tanta vasta variedad. Luego me interrumpió preguntando "¿cómo se ve el mundo desde unos tacones made in Armani"?
Pues mas miserable. Es un gusto culposo crees que lo vales
pero por un rato te quedarás pobre.