Pasada la Bonita Epifanía

Los regresos a la escuela, al mundo laboral, todo es rutina, aparentemente la vida normal enmarcada con ciertas tradiciones, vuelve a comenzar. Vamos bien sobreviviendo la semana.

Incluso en estos tiempos hay escuíncles que ni les llegan a tiempo con los presentes, y tienen que dibujarles sonrisas a la fuerza, aun cuando seguramente se hayan portado mal.

A veces quisiera huir del invierno y de algunas de mis costumbres pero yo siempre he tenido pasión por los detalles, por los pequeños acontecimientos, algunos casi imperceptibles que pasan alrededor. (Diganme ¿si no de que escribiría?). Ayer solamente sucedió que con estos días medio congelados, me han creado estos primeros diez dias una mala costumbre: Llegar a recostarme en el sofá a leer o ver tv  tapada hasta los dientes, eso deja poco lapso para "moverme" y no prepare nada para el día siguiente. Las emociones fuertes vienen a dictarse ultimamente como decidir en último minuto lo que he de ponerme para ir a trabajar.

El frío es a veces tan buen cómplice que lo prefiero mil veces que sudar o derretirme. Te trepas un buen suéter y ya. Esta vez elegí uno tejido muy largo que adquirí estas navidades, la verdad es que el estampado es muy colorido antes de salir me arrepentí por miedo al ridículo...en algún momento me puse a pensar que podría lucir fachosa, desordenada,descuidada, y a sabiendas quisquillosa y exigente cambié el outfit del cuáll no tardé en arrepentirme porque morí de frío todo el día y en mi oficina parece ser que es un pequeño contenedor que bien podrías almacenar carne para vender en su punto muy fresca.

A veces debería uno elegir no conforme al clima, sino de acuerdo a convicciones, bien dice el dicho aquel de las abuelas con un frío de los cojones "ande yo caliente, y ríase la gente"