Durante varios años, la ilusión la acompañó mientras preparaba su pijama y calmaba su ansia de saber que le deparaba al pie del nacimiento y el arbol con los regalos, al siguiente día.
Siempre hubo leyendas y hasta métodos para que el camello, el elefante y el caballo de los reyes no sufrieran sed en su travesía. Preparar pasto y agua, o mejor aún leche y galletas. Con tanto que beber en cada casa que dejaban tantos niños, seguro que esos animales eran unos tibones...
Cada 6 de enero se levantó entusiasmada junto a sus dos hermanos para sorprenderse y alegrarse, con lo que le habían obsequiado esos tres generosos y misteriosos desconocidos venidos de oriente.
Los niños con inocencia y fantasía, jamás tienen miedo a equivocarse, conforme uno crece eso cambia por completo, y a veces los errores crecen contigo, los prejuicios, la vergüenza y hasta los vicios...
Yo sigo creyendo, aunque no soy una niña y ya use tacones...
5 solo lo soñaron:
Yo tb creo!
Aunque aquí no se celebre como se debe, yo creo en ellos!
Bendita ilusión.
Besos.
Es uno de los mejores recuerdos de mi infancia y afortunadamente mis hijos me permiten revivirlo. Un beso y espero que los reyes te traigan muchas bendiciones.
Yo creo que no hay que perder ese punto de inocencia que nos hace la vida brillante cuando somos niños
Besos
Yo creo que no hay que perder ese punto de inocencia que nos hace la vida brillante cuando somos niños
Besos
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