Vivir Mata

Recuerdo alguna vez burlarme irónicamente de mi hermana y mi madre cuando las veía acongojadas o tristes momentos antes de ir al médico "está deprimida, esta ud, triste?" - les decía "visite a su ginecólogo!" - realmente no sabía lo que decía hasta que me tocó ir a mi.

La verdad es que siempre me han llamado la atención los objetos y el ambiente de las salas de revisión ginecológica de modo particular. La cama me parece mesa, los estribos donde tienes que colocar los pies, la linterna que el doctor se ajusta a la cabeza (como espeleólogo), la enfermera harta de repetir todo el día "se quita la ropa de la cintura para abajo y se coloca esta bata por favor". Los instrumentos que uno se imagina en el cuerpo con muy poca ilusión de sentirlos en el cuerpo (tijeras, pinzas, espejos, gasas, lubricantes) y escucha uno las instrucciones con ganas de que lo que sigue, pase muy pronto.

Después frente a un aparato mas alto que tu, la asistente indica la postura donde debes colocar el pecho dentro de esa prensadora que se cierra y lo aplasta (auch!).

Hace tiempo circulaba un artículo en la red en el que explicaban a los hombres que la mamografía equivale a poner un testículo bajo la llanta de un coche y esperar a que lentamente le pase por encima, la verdad es que lo peor no es ni siquiera la prueba, sino los minutos de espera , y a veces la repetición del examen si algo no salió claro, el silencio a tu alrededor y la paranoia de que alguien toque la puerta y te diga "lo sentimos, malas noticias"...Por algo cuenta el chiste que la diferencia entre el Ginecólogo, y los demás hombres es que los primeros trabajan donde los segundos se divierten; hace ya bastantes visitas al médico, no olvidaré ese día en el que la asistente, ni siquiera la radióloga con la mano en la cintura me dijo que se veía una mancha.

- "pero no te preocupes , si es cáncer lo detendremos a tiempo"- y se fué estúpidamente riendo.

Al menos no fue nada, por eso no me arrepentí de no llevarle la factura de las medicinas para la colitis y demás dolencias que su insensatez desató. Diablos! con lo disfuncional e hipocondriaca que soy! jaja no pude dormir en esos días. En honor a mi cita de hoy y a mis "cuates" Mafalda, la doctora Villeda, y su colega Loretinilla, a ellos me atrevo a escribir un poco sobre las ya tan satanizadas visitas al médico, puesto que todo esto me hace pensar en el titulo que eligió Juan Villoro para el guión de una película que hasta ahora me encanta ver, pero que resume el desgaste anímico frente a los sustos, a las ilusiones incumplidas y a nuestro misterioso e inevitable paso por el tiempo. Mi hermana dice que un dia en vez de cosméticos cargaremos medicamentos.

Estoy de acuerdo con la sentencia: a la larga "Vivir Mata"