Bagage Personal

Pintar nuestra fachada a principios del año puede resultar una buena terapia, claro depende mucho que tan traumado se esté, cuantos pecados se hayan cometido, que propósitos no se cumplieron y que nos augura como inicio, pero la vida es como la capa geológica. Todo contribuye, y el aguacero de hoy puede suponer el terremoto de mañana, me he propuesto ser mas valiente, sin duda ser comparada como ciertos cangrejos que se atreven a lanzarse de cabeza através de las grietas de rocas, cimas de cuya longitud equivale a cientos de veces el tamaño de sus cuerpos. 2008 no fue un año donde se hayan acumulado grandes desgracias si lo comparo con el anterior, pero si es el que me ha regalado mas nostalgia de la que estaba acostumbrada, me atrajo recuerdos, sitios, el más prolifico en cuanto a cambios medianamente drásticos, decisiones, y nuevas personas. A su vez, fue el más desértico en muchas otras cosas. Todos necesitamos recuerdos para saber quienes somos y aun seguro que me quedan unas cuantas páginas por enumerar y muchos sueños.

He aprendido que los muros que construimos alrededor de nosotros nos protegen contra la tristeza y ciertos miedos, pero también impiden que nos lleguen ciertas cosas. Disfrutamos el calor porque hemos sentido frio, valormos la luz porque conocemos la obscuridad y comprendemos la felicidad porque hemos conocido la tristeza. Supongo que lo único que cura a la tristeza es la acción, normalmente cuando uno está triste, no hacemos nada. Yo me limito a llorar sin embargo hasta la vida mas feliz no se puede medir sin unos momentos de obscuridad, y la palabra "feliz" perdería todo sentido sino estuviese equilibrada por la tristeza.

La vida debería ser como un calendario, poder pintar los días como a un barandal donde renovarse en su apariencia nos d un nuevo toque en el brillo. Cada día arrancar una página para iniciar otra en blanco y tener la opción de dar reset y volver a iniciar si es necesario. (como si fuera posible arrepentirse cuando no haya alternativa).

A veces me gustaría volver a otras épocas pasadas donde lloraba menos o lloraba por cuestiones menos importantes o frivolas. Después de todo la nostalgia existe aunque no lloremos en los andenes fantasmales, ni sobre las almohadas plagadas de candor, ni bajo un cielo opaco poco antes de una lluvia torrencial como clima londinense.

Debería haber un ritual para nacer dos veces: remendada, reparada y con el visto bueno para volver a la carretera, ayer que expiró el año me di cuenta, que todo eso que me aconteció se acumuló y a veces permiti que todo eso no dejara sitio para nuevas cosas y sobre todo las cosas gratas. Soy una persona afortunada, y he sido feliz de manera intermitente, debo dejar de pensar en eso de que por mas que me siento encima del equipaje, nomas no me cuadran algunas cosas....

Por otro lado, hay otras cosas que supongo, nunca cambian por mas que las acomodes dentro de la valija y hay que lidiar y hay que continuar en el viaje. Por ahi dicen que no importa el destino, sino el viaje. Su secreto consiste en llevar lo necesario e indispensable y disfrutarlo

seria un buen comienzo definitivamente.