Estrógeno Futbolero

Sin ser aficionada al fútbol de modo serio porque sigo sin serlo, me atornillé a la televisión para ver gritar a un montón de aficionados ataviados de azul y oro desaforados gritando gol, nerviosos y ansiosos.

Gargantas llenas de testosterona. Hay incluso hombres que conozco que no comparten su gusto con sus mujeres ni porque ellas cedan a compartir el domingo aburrido o intrascendente. Partido dominguero Pumas-Pachuca. Hay un poema del Brasileño Carlos Drumond de Andrade dirigido a celebrar a las mujeres, que yo repito cuando veo piernas de jugadores, traseros, gotas de sudor y agitación en un campo de deporte.

Para que tanta pierna,/pregunta mi corazón,/pero mis ojos no preguntan nada (...)

Hace un momento me llamó un amigo que ya había llamado para burlarse de mi, su apasionamiento se lo toma en serio pero a mi me resulta un tanto cómico, si supiera que yo estaba sufriendo ridiculamente, seguro que yo también me burlaría de ciertas derrotas ajenas y es contradictorio si a mi el fútbol no me gustaba

¿dije me gustaba?

Pero sigo llegando a la misma conclusión cuando veo piernas y traseros colosales, independientemente de los Pumas, sigo viendo de vez en cuando los partidos por razones estrictamente Hormonales. No porque me acuerde de alguien.

ajá.