mayo 13, 2023

Semáforo en Rojo

mayo 13, 2023

Ayer, por fin me decidí y tiré el vestido rojo que usé aquella vez.  Lo había dejado oculto entre toda mi ropa y es que cada que fui al clóset, al toparme con él siempre me rondaba la idea de desecharlo, pero siempre terminaba dándome la vuelta.  ¿Por qué nos aferramos a mantener cosas que no usamos? ¿Por qué nos cuesta dejar ir?
No sé si es porque  los vínculos emocionales con lo material sea por miedo a perdernos de los recuerdos.

 A veces, al aferrarnos a una prenda es como si quisiéramos detener en el tiempo a esa persona o evento que ya pasó y el sólo hecho de pensar que cerramos ese pasado nos genera malestar. Quizá en el fondo todavía no deseamos dejarlo ir

Ayer, también creí verte de lejos , en el café de siempre.  Por ahí paso casi todos los días, porque es uno de los caminos que tomo para ir al trabajo.  Sé que con ese propósito lo hacía antes, para verte algún día. 

La memoria, ahora lo entiendo, imagina lo que ya no existe y crea lo que sigue en pie.  La memoria es el lugar donde la fantasía y la realidad se tocan y de donde surge esa superstición compartida a la que, a falta de mejor palabra, llamamos mundo.

Le agradecí al universo que ya no pueda verte ni de lejos.

 El semáforo en rojo me ayudó para avanzar.

Antes aunque iba callada y alegre al mismo tiempo iba pensativa y nerviosa.  Te veía, muy lejano aún yendo a mi lado.  Yo el copiloto en tu auto,  no fui capaz de decirte eso.

Quizá es que la intuición no me fallaba y me hacía deducir cosas por puro sentido común.  como siempre lo fuiste,  tan de otra cuando no lo supe, porque nunca tuviste el valor de ser honesto conmigo, no me lo dijiste, hasta que tuve que confrontarte y preguntarlo directamente.

Si las personas te hablaran con la verdad, seguro que te dolería siempre; Quizás al momento no sabrías que hacer con eso, pero al menos si uno sabe la verdad, tienes esa opción de decidir que hacer con ello.

La mentira duele, pero duele porque  eres tú mismo quién la descubre. 

Yo veía banderas rojas por todos lados. Tu prisa por irte, los horarios,  los días en específico. todo como en secreto. Lla intuición  siempre me daba un tirón en el hombro.  No quise detenerme y por eso me estrellé.





12 solo lo soñaron:

Alfred dijo...

Hay objetos, cosas, ropa, que pertenecen a un momento muy significado de nuestra pequeña historia, la que nos llevaremos con nosotros.

Besos.

María dijo...

Cuesta dejar ir, es cierto JO. Lo mismo que cuesta que te dejen ir. Los humanos llevamos mal las pérdidas, incluso las necesarias, como creo ha sido tu caso. Es natural, mucho más cuando hay amor por medio y mucho más cuando el adiós se produce por una deslealtad. Siempre he pensado que quien juega a dos bandas, no sabe querer a nadie salvo a sí mismo. Así que como a ese vestido rojo, sácalo de tu armario mental y olvídalo en el depósito de la ropa vieja, dejará espacio para toda la ropa nueva y preciosa que está por llegar : ) Me ha gustado mucho tu texto.

Muchos besos JO!

Gumer Paz dijo...

En la ropa están los recuerdos en cada hilo, en cada fibra, a veces funciona como los olores o la música que te transportan a un pasado generalmente agradable. Ya se encarga el cerebro de borrar los malos recuerdos. Si añadimos que la ropa cambia su apresto para amoldarse a nuestro cuerpo, el desprenderse de ella suele suponer un esfuerzo.
Tu texto es tan agradable de leer que me he quedado con ganas. Voy a seguir un ratito mirando tus cosas. Esto promete.
Saludos

artur dijo...

La intuición es una buena compañera i como tal, nos dice las cosas bastante claras.... esa es mi experiencia al menos.
Aunque de todo eso , algo bueno quizás quedó, mejor dejarlo ir si no te lleva a ti a ningún lado.
Tus textos siempre hacen pensar un poquito... ;)
Abrazos, Jo !!

Alí Reyes dijo...

A una cosa le cobraste el recuerdo ...

Jova dijo...

Hola Jo
Así es, nos aferramos, hace poco encontré mi vestido de novia. Y la verdad no sé que hacer con el.
Entiendo perfecto tu texto. Yo me engañaba a mi misma justificando horarios de trabajo extenuantes. Cuando me decida a deshacerme de ese vestido algo en mi se liberará gracias por compartir. Te dejo un beso

Beauséant dijo...

La memoria es efímera y un poco mentirosa, se construye con esos objetos, a ellos se aferra para darnos su versión de los hechos... a veces vemos lo que queremos ver, otras veces no vemos lo que no queremos ver.. al final la realidad nos abre siempre los ojos, ¿verdad?

Noelia Cano dijo...

A veces hay que soltar más, y hacer caso a las señales, nos lo dejas clarísimo en tu texto.
Abrazos.

Sergio dijo...

Yo a veces no me deshago de cosas porque pienso que puedo volver a necesitarlas. También me cuesta. Pero el lado emocional ya es otro nivel. Si tengo un recuerdo positivo pegado a ese objeto lo conservo, por supuesto. Si el recuerdo no es positivo o representa algo que acabó mal, ese objeto se va al contenedor de basura y con suerte al olvido.
Esas señales que no viste eran más bien señales que no querías ver. Es duro enfrentar la verdad en todo momento. No sé si estamos preparados para todas las verdades que nos da la vida. No de golpe. Aunque en ese caso que explicas había que hacer como las tiritas en la herida. Quitarlas de golpe. Alargar una situación de sospechas es terrible, eterno. Mejor saberlo, sufrirlo y superarlo. Acelerar ese proceso. Saludos
P.D. Bien hecho lo de despedir por fin ese vestido rojo

Espera a la primavera, B... dijo...

Nos pasamos la vida tratando de dejar ir objetos, personas, sentimientos...

Al final se trata de elegir entre estar vivo y vivir, y eso depende del momento. A veces es mejor estar vivo, sobrevivir, para vivir cuando llegue el momento adecuado.

Como las plantas esperan la primavera.

Los osos que el inverno termine.

El amor a que estemos despistados.

Besos.

SantiagoW dijo...

La verdad es que fue una tarde(s) que ni tu ni yo olvidaremos jamás. En retrospectiva debí decirte toda la verdad, aún si esa verdad hubiera impedido esos breves momentos de amor y pasion que tuvimos. Ahora nada de eso importa ya. Siento haber causado que te estrellaras.

SantiagoW dijo...

... Y lo siento por el vestido rojo. Debío haberse quedado en el armario como esos vestidos que detentan la evidencia genética del crimen. Disfruté cada minuto que te vi con el, y sin el.

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