La otra noche estuve mirando un documemtal sobre Van Gogh, entre otras cosas hubo una escena muy impresionante llena de drama donde se veía que comenzaba a comer los tubos de óleo de su pintura amarilla, la explicación era algo asi: el amarillo es un color brillante y él pensaba que comer eso lo iba a hacer feliz
Todos pensaban por esa y otras cosas más que estaba loco. Comer algo tan venenoso y tóxico desde un lugar menos juicioso es hacer muchas cosas que hacemos como cualquier otra.
Gente bebe alcohol no solo por gusto, algunos sólo quieren emborracharse, divertirse u olvidar.
Hay quienes fuman o se drogan porque les gusta, otros porque los hace sentirse bien al momento, aunque eso los mate
Quizá hay quién se queda con alguien que le engaña, porque cuando no le está engañando, le hace feliz, y vaya que a la larga eso resulte ser tóxico y venenoso personalmente.
La realidad es que a veces creemos estar lo suficientemente desesperados buscando una forma de sentirnos bien, no tener dolor, olvidar quizá sentirnos felices, aunque no sea bueno para nosotros; No sé por cuánto tiempo uno va yendo por la vida buscando ese poco de pintura amarilla; ojalá la felicidad la tuvieramos a mano, en la presentación de un tubo de pintura.
4 solo lo soñaron:
La vida es una paradoja. Cuánta búsqueda de la felicidad en sensitivos placenteros, y luego nos desencantan y buscamos otros. Un abrazo. Carlos
¿Y dónde se compran esos tubos amarillos?
Es fácil juzgar, ¿verdad? al loco, al suicida, al que dice no, a quien sale corriendo... lo cierto es que la vida nos pone por delante muchas cosas y no siempre podemos lidiar con ellas... he aprendido a respetar cualquier medio de huida, incluso aquellos que no entiendo.. sobre todo aquellos que no entiendo.
Hace mucho que dejé de juzgar a la gente.
No tiene sentido hacerlo.
Qué conocemos de los demás para criticar o ensalzar sus vidas?
Sólo conocemos la apariencia.
Y eso es lo mismo que conocer nada.
Besos.
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