¡Bang!

 

A veces cuando uno escribe debe hacerlo para uno.
Escribir es reescribir. y el mejor truco para reescribir es hacerte pasar por un personaje.

Por ahi alguien decía, que uno debía leerse con la honestidad del enemigo. pero mientras uno escribe queriendolo hacer con tranquilidad, y juicio viene alguien balacear la casa del vecino. Si aqui, lo que más abunda no son los malandros, sino la gente que hace ejercicio, los jubilados que desayunan tarde y la gente medio mojigata  que pasea mas de 5 perritos a la vez hasta sus confines mas extremos, y otros que creen que yendo a misa a diario se va a ir al cielo.

No quiero ni contarles el furor que ahora tienen que vino el Papa.

Antes, aqui a lado vivía una viejita preocupona porque yo vivía sola y vecinos hombres varios acomedidos porque dormía igual . A píedra y lodo me encerraba  y dicen que yo no socializo pero es que una gente a veces solo quiere enterarse hasta de que marca usas de cereal.   Y yo tan confiada y despiste, luego a las prisas, he dejado las llaves pegadas a la puerta como si fuera viuda urgida o liberal  y siempre  alguien las rescata después de miles de horas,  y llaman a la puerta bien decentes cuando yo ya estoy atejonada en mi cuarto mirando películas greñuda y en bragas.

 En este sitio abunda lo clase mediero y entre tanto y tanto que veo en el noticiero, aqui no llegaban las balas. Yo no sabía de cacos, narcos o rateros. Pero parece que esa mancha voraz como la nada de fantasía en el libro de Michael Ende se va apoderando de todo.  He de aclarar que lo que a veces ustedes ven por su televisión del otro lado del charco y que hablan de México también me consta que es una exageración y eso enoja porque por lo menos sobrevive la promoción turistica si no ya estaría tambien agujereada por amarillismo vil.

Cuando uno se muda a algun lugar, a veces llega creyendo que hay gente decente, honrada y de buena calaña, menos si no preocupa cuando salgo al patio, a veces sin sostén o desaliñada sin que digan nada, es más fácil que yo asuste a alguien con ese semblante a  que pase algún pervertido o desalmado y me quiera hacer algo;
Pero lo que yo les cuento es verdad.  Anoche alguien vino a balacear la casa del vecino, y es cuando sabes lo ignorante que eres porque no sabes distinguir si son balazos o cuetes. 

Ahora tendré que pensar que habito en la calle Western,  aunque tenga alberca techada y que aqui los duelos entre caballeros no existen sino al estilo ley de la selva,  que no hay serenatas ni carretas ni caballos, ni argumento alguno que pueda justificar "los cuetes"  porque aunque abunden santos y dias festivos en inicios de cuaresma no hay manera de saber que clase de vecinos tengo.