El tiempo no se Ralentiza se Sumerge

Con asombro al verse al espejo parece que no le gustó mucho lo que vió esa mañana. Una mezcla de dolor y extrañeza la invadió durante todo el día, con esa expresión de ausencia en la mirada, pareciera con esa sensación de sentirse perdida para siempre.  Siendo muy joven, le dijeron que todos los caminos conducían a Roma. entonces se echó a andar segura, apresuró el paso, pues no quería llegar a vieja descubriendo que ya no era la misma

Desde el Banco de la esquina empezó a recoger sus pasos. Traía una falda mandarina un color que decían según el Pantone lo dictaba la primavera en temporada. Caminó con paso firme, si no fuera por eso, se diría que todavía podría aspirar a un destino cierto.
Así que después de un día intenso de trabajo,  volver es lo mejor anticipando el intimo placer de desnudarse con la luz del día.  Apenas arriba, una copita para aflojar las tensiones frente al balcón
Diez... Quince... Veinte minutos, dejandose mecer por un whiskey y la voz de Omara portuondo de fondo.
En esta versión sumergirse en el agua no es como esa versión de Alfonsina Storni muriendo arrullada por el canto de las caracolas, ni ahogada en un mar indiferente y tumultuoso.
Quitarse los zapatos, estirarse y soltarse el cabello, desvestirse sin apuro, dejando la ropa dispersa camino a la tina con la sensación de solo así dejar toda la pesadez, aunque con ello se vaya también el juicio o la inteligencia.  Abrir las llaves y dejar correr el agua que emana un vapor cálido, derramando colonias, sales y otras lagrimas con el afán de desaparecerlas sin dejar rastro llendose por el caño.

Se va sumergiendo, entonces ya no es ese alicáido ser desabrido, no es la simple y tan común mujer de ese sitio tan gris donde trabaja diariamente... y mientras va cerrando los ojos, va recreando nostalgias,  respira y quiere pensar que es una Diosa en reposo tranquila y calmada sin pensar que ante el incandescente sol de Mayo uno puede palidecer transparentandose a cada paso y esfumarse evaporada por el calor de la tarde...

A veces, todo lo demás es un pretexto para desaparecer de los fantasmas que te atormentan siempre...hasta que tratas de tirar el tapón del drenaje y la cadena se rompe. 

Anna Cullen