Amores Platónicos

... Siempre pensé que podía poseer cualquier profesión, incluyendo estar en casi cualquier parte y a veces tan lejos que dificilmente podríamos ajustar coordenadas u horarios... entre que uno besa sapos y se topa con varios espejismos, profetas, charlatanes y hasta gitanas que leen la mano, me reiría si me hubieran predicho que poseía una tradición de leyenda o literaria o tan sólo un sofista como del siglo sexto, al parecer tampoco ya hay demasiados demagogos, y los sabios estóicos o filósofos son como workaholicos modernos con un humor a veces muy agrio que ambicionan escribir en periódicos o llenarse de elogios lo que resulta predecible o aburrido.

Soñé y enarbolé expectativas cuando niña al leer historias fantàsticas y convenciones acerca de príncipes, poetas, Guerreros errantes, o juglares que en apariencia colgaron el listón muy alto y podrían solo ser un disfráz simple que no encajaría o se caería tarde o temprano como cuando el protagonista diluía poder saciar su sed después de caminar tanto en el desierto y ver un oasis falso a lo lejos.

El solo es un ciudadano promedio de profesión de una Moderna Megalopolis no porta balas pero me derribó, dándo en el blanco,  no padecía ningún virus pero a veces era el antídoto que buscaba, no es un corredor de autos y sin embargo en el mapamundi emparentado se desplazaba como un Capitán de Barco experimentado y justo en ciertos sitios me señalaba un punto en el cielo como buen cartógrafo con una sonrisa dedicada única y exclusiva para mi que me elevaba.

Hay quién con el tiempo ya no encaja con esos parámetros sobre apariencias que uno se atasca en el protoplasma del cerebro, no hace falta decir que no le preocupa cumplir requisitos ni complacer,  lo que dicta la edad o los protocolos ahora tan sólo obedecen a circunstancias personales o gustos propios 

La perfección no existe (me alegro) y no es eso lo único que llama tanto la atención cuando te vuelves más consiente,   sin embargo a veces  hay quién me hace pensar que en otra vida lo encontré, y me alegro al imaginar que fue un explorador ávido de curiosidad, un trotamundos arriesgado,  un precursor soñador,  un viajero estilo byoriano, un caballero de corte, un pirata con buenos modales o un pintor que recrea los mas hermosos paisajes sin importar la vanguardia o la moda imperante,  un héroe al que no se le alargan los brazos, pero puede hacerme voltear o alcanzar tirar de mi hombro aún cuando hoy no estemos provistos de grandes hazañas literarias o abunden tiempos fantásticos