... de Do pingué

"con respecto al conflicto palestino -israelí yo prefiero un drama y no una tragedia"

Mario Sznadjer

... existen dos tipos de soluciones: la tragedia estilo Shakespeare y el drama estilo Chejov. En la primera, el escenario acaba regado de cadáveres y la Justicia queda suspendida en lo más alto. En la segunda, todo mundo termina desilusionado, amargado , hundido, desengañado y hecho pedazos, pero aún vivo.

Hoy en mi clase de estudios medio orientales no falta el que se lee todas las copias al pie de la letra y las escupe cual merólico sin entender ni jota ni pío, o aquella muñequita con naríz proporcional al tamaño de su cerebro, opina tonterias para agradarle al maestro, o aquél que termina redondando lo mismo que ya se había repetido; Un compañero que estudia Humanidades trae colgado un botón "herbalife" y vende chocolates en los descansos pero le ha dicho al maestro con un cinismo cómico que no puede estar leyendo tantos textos y libros. ¿Leerá infografías en vez de periódicos para ahorrarse leer reportajes completos?...

Según el tiene mucho que hacer.... yo trabajo, estudio para procurar no ser Jodida más de lo que soy y no me quejo jodiéndome leyendo.

Un compañero de trabajo sigue afirmando que en este país aún existen las clases sociales, se pasea con su Iphone y muestra su dedo con el anillo de graduación seguramente de su Universidad Patito, que parece mas de judicial comprado con dinero de nuevo rico, es más si debo clasificarlo se parece a Erasmo Catarino bañadito. Las nimiedades en que nos fijamos algunos por vanidad o por impresión de egos. Me he topado con gente de mi edad que son doncellas del rococó aún a los 30 años, siguen siendo hijas de papi huecas al ton ni son, o caballeros con bandera de tontos, verdaderos hijos de la mala conciencia sin preocupación regando enfermedades o hijos.

Pero quiero dirigir esto a algo mucho mas relevante, a esa clase de conflictos como las guerras, con tantas vertientes y engranes que no pueden desenredarse fácilmente y es un cúmulo de accidentes dónde la cultura, el idioma, la ideología, el sincretismo, la política, las posturas radicales, la economía,la ideología, la dinámica social todo ese aparato que envuelve a las naciones y ciertas voluntades y tiempos que impiden que pueda solucionarse. El periodismo y sus vertientes, la línea editorial tan marcada que aún cuando tenga que dictarse cierta objetividad hay quién se deja guiar por la mano derecha o la izquierda sin réplicas ni posturas precisas objetivas y solo por tener un nombre, se atreven a publicar sandeces aun cuando mal informen.

Aquellos que hacen caso omiso a ciertas cosas si no se las dicta la televisión, o un lider de opinión, aquellos que no leen mas que la sección amarilla o ven el libro del mismo tono por las tendencias del Palacio de Hierro, aquellos otros que ven los conflictos tan ajenos que prefieren sublimar sus razones con su American Express (¿en tiempos de crisis?) olvidarse de problemas serios, tan sólo porque están fuera de su sitio, o del otro lado del mundo.
Yo no soy experta en conflictos bélicos, no soy la crítica, no soy experta en política exterior o ciencias políticas, tampoco espero tener respuestas inmediatas, solo procuro entender porque quiero saber, entender lo que me rodea más allá, porque me atrevo a cuestionarme, a observar, a leer a informarme dejar de ser dogmática con las palabras, a no fijar posturas mediáticas sin siquiera enterarme de lo que sucede. No tengo autoridad moral de esa clase si pudiera quizá sería super heroe.

Todo absolutamente todo, supongo es una consecuencia de actos, de responsabilidades y de decisiones y ninguna sociedad se salva. Teniendo un parlamento, un presidente piráta o un conflicto bélico.

Seguro que dirán que hablar de política, de religión o de fútbol pone en aprietos a más de uno y lo deja con un sabor acedo, amargo, con dolor de cabeza, lloroso o muy mal humorado.

si, en alguno de los dos bandos, alguno sale perdiendo comienzan las guerras o los conflictos en este mundo radical, y tan subjetivo por humanos nosotros, que complicamos y que incluso en México hasta el queso enredamos.