entre trincheras <---- click aqui
Ernest Hemingway y Marlene Dietrich se conocieron a bordo de un crucero en 1934. Desde entonces, mantuvieron una compleja relación de coquetería por carta. Comenzaron a escribirse cuando él tenía 50 años y ella 47, mantuvieron un estrecho contacto hasta el suicidio del escritor en 1961. Pero jamás llegaron a consumar su amor, a causa de lo que Hemingway calificó como una Pasión no Sincronizada.
Te conocí una noche a bordo de ese Crucero era 1934 los números y el azar jugaron concretamente en un coqueteo caprichoso, recíproco y creo que me he enfermado de escribirte tanto. Contigo he aprendido que las historias de amor son un temporal a destiempo, ocasiona que se formen rejas en las niñas de los ojos, cada pequeña historia de amor que se cierra es como un abanico donde la pasión que no se sincroniza nos puede llenar de miedos e inseguridades al unísono.
Creo que en todos estos días he llegado a tocar fondo, soy como ese suicida fracasado del cuál se mofan pues mejor se sale del agua porque se da cuenta que esta muy fría.
Es como un naufragio inconcluso y muchas veces te deja nadando en el propio llanto...
Los dos hemos atravesado momentos de lo más amargos, y no me refiero únicamente a la guerra. Las guerras son lo de menos. Pero la vida, en general, es la parte más dura. Cuando piensas en mí, y yo en ti ¿crees que habremos desafiado al tiempo y al espacio?
ese mismo tiempo y ese mismo espacio que nos ha mantenido separados, pero tan unidos a la vez, intentando doblegarme (hablo por mi) sin conseguirlo, sin poder ni tan siquiera acercarse a nuestras mentes para borrar los recuerdos.
Cuando veas un rayo de sol distinto del resto, que se retuerce por entre la persiana de tu habitación para acariciar tu rostro o simplemente se cuela y roza tus manos....entonces piensa en mí cuando veas la lluvia torrencial o mansa que es apenas perceptible por los poros de tu piel....ese olor a tierra mojada, el canto de los pajaros justo al amanecer... piensa en mi un poco, quizá asi no estaremos tan lejos el uno del otro, justo del otro lado yo estaré haciendo lo mismo.
Apuesto que te estás poniendo tan hermosa que tendrán que sacar fotografías de tu pasaporte de 9 pies de altura. ¿Qué es lo que realmente quieres hacer en tu vida? ¿Romper el corazón de todos por una moneda de diez centavos? Siempre podrías romper el mío por una de cinco centavos y yo pondría la moneda.
Hasta en contra mía soy el mejor, a veces por momentos podría sentir que no puedo escribir más pero me reprimo ese mal edicto y continuo tan solo por esto que siento y que ahora mismo redacto.
Al otro lado del Río y la sombra de los árboles.
marzo 21, 2009
Carta de Ernest
lo soñó o lo escribió Jo en marzo 21, 2009 marzo 21, 2009Etiquetas: Cuentaletras colectivo
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