agosto 05, 2016

La Marilyn de todos, la Marilyn de Siempre

agosto 05, 2016
Para Celia, mi marilyn.



Ella era insegura, depresiva, ingenua, soñadora... también sensible, ambiciosa, impaciente, rebelde y atrabiliaria. Él era un célebre intelectual, contestatario, creador de escenarios, maduro, sereno y con experiencia como del padre, del maestro y el amante perfectos

Los espíritus frágiles buscan siempre un asidero para no flotar a la deriva pero ella siempre fue vulnerable a pesar del abrazo protector de él. Pasaron un tiempo largo entre reflectores, fama, tertulias con caras y plumas conocidas y la objetividad de él que era insobornable, a lo que ella respondia con el distanciamiento.

Ella parecía una criatura agotada que lucha con algún demonio. Tan dual entre lo vulgar y la sofisticación. 

 Sólo parecía ver que los demás la habían castigado y traicionado, como si se limitase a ser una simple espectadora de su propia vida, lo irónico era, que el sospechaba que lo sabía pero se había aferrado a la idea de que se trataba de una inocente perseguida, porque no podía admitir su anterior situación existencial,  deseaba salvarla de ella en vez de aceptarla como suya...

Caminando bajo el inextinguible sol californiano, ella le sugirió que entráran a una librería para adquirir La muerte de un viajante.  Complacido por el inusitado interés de esa niña–mujer por leer, accedió a la petición y, mientras recorrían los pasillos, advirtió un grotesco detalle: desde una esquina del local, un hombre asiático se masturbaba por encima del pantalón, sin quitar los ojos de su acompañante. (no está de sobra decir que aquella tarde, ella no lucía un escote ni llevaba una falda ceñida a las caderas y muslos, sino que vestía como cualquier clasemediera:  su impoluta, perfecta anatomía, irradiaba sexualidad espontáneamente).     Por fortuna, ella no se percató de la bajeza y, como una especie de disculpa por el terrible agravio, él le compró, también algunos libros de poesía: Robert Frost, Walt Whitman y e.e. Cummings

Después de curiosas anécdotas encantadoras como esa, La separación fue necesaria.   Ya lejos de ella, él seguiría evocando la magnética sombra de una mujer que despertaba un deseo indomable donde quiera que llegase, incluso en el polvoriento ambiente de una librería...
Esa librería, el obsceno fisgón, el ejemplar de La muerte de un viajante, la poesía, la vivacidad y el alborozo de la lectura, fueron las semillas de la compleja relación entre Henry Miller y Marilyn Monroe.


9 solo lo soñaron:

Celia dijo...

Qué sorpresa, Jo!!! Me has alegrado la tarde. Eres un encanto.
Muchos besossssssssssss!!!!! :)
Estás bien documentada.
Besos, guapa!

juanjo dijo...

Marylin eterna
Un beso

Chaly Vera dijo...

Ella era una mujer de fuego,
él sólo un escritor brillante,
mala combinación.

Beauséant dijo...

A veces pienso que esa mujer era un caleidoscopio del que nunca llegaremos a saber cómo era. Parece que se adaptaba a cada persona, a cada situación para ser lo que ellos (casi siempre hombres) querían que fuese, y a veces parece que a todos se les olvidó preguntar lo que ella quería...

Tania (Sevilla desde La Giralda) dijo...

Marylin creo que era un persona irrepetible, una pena que se fuera tan pronto...

Un abrazo Jo

Tania (Sevilla desde La Giralda) dijo...

Marylin creo que era un persona irrepetible, una pena que se fuera tan pronto...

Un abrazo Jo

Alfred dijo...

Una relación imposible para los cánones establecidos.
Saludos.

Mientrasleo dijo...

Muchas veces me da pena pensar en la poca gente que debía de conocer a la mujer, proque todos quedaban deslumbrados por el mito
Besos

Holden dijo...

Muy muy guay la entrada :D Seguro que la Srta. Seguí se ha emocionado de verdad y ha sonreído todo el tiempo mientras leía el puñado de frases que con tanto cariño la has dedicado ^^

¡Eres una detallista!

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