Indiferencia aberrante

El mundo, sus regulaciones, su rutina y cotidianidad, su "normalidad" es aberrante. 

El mundo entero está mal, es deprimente que nos comuniquemos por medio de aparatos y no mirándonos a los ojos. 

Es terrible que vivamos en un lugar donde parece no nos damos cuenta de nada a nuestro alrededor más que de nosotros mismos. Nada menos ayer, como casi todos los días encuentro a otros, a una perrita llena de sarna, su piel debajo del pelito corto se le enegreció desde el cuello, su pecho y parte de sus patitas delanteras, no era un animal pequeño pero por su complexión deduje que era una cahorra aún; quise que me siguiera pero no lo logré, así que fui y le compré pollo y salchichas,me quede sentada con ella hablándole y tratando que comiera en la banqueta, pero estaba tan caliente que sólo saboreaba mirando las porciones. Dejó que la acariciara y sus ojos reflejaban mucha dulzura y tristeza.  De pronto sentí mucha impotencia, me incorporé y comenzó a coger la comida con desesperación, creo que tal vez asumió que al levantarme haría lo mismo con la comida.  Al final me fui llorando a casa asegurándome de vigilar antes de seguir mi camino que nadie le quitará la comida. Llorar de frustración es más feo que hacerlo de tristeza...

se que ciertos de sus gestos parecían agradecer. Alguien puede preguntar si  se puede hacer algo pero ella igual que tantos perritos callejeros es invisible, nadie los ve no se compadece el mundo por muy mal que esté su condición, con otros seres humanos hacemos lo mismo. Somos indiferentes, no basta hacer lo que se pueda, parece  que está en desuso amar. 

Volví al lugar y ya no la encontré