Oda a McGinley

Algunos vivos, a veces, producen sentimientos de duelo. Cuando te has quedado demasiado tiempo en un lugar, lo mejor es lanzar una granada donde estás parada saltar y reír.

Querría saltar y subir alto, hasta tocar las nubes. Querría hudirme en el agua y ver contornos del cuerpo junto a destellos del sol. Querría saltar y convertirme en llamas, en fogonazos de luz y Combustionarme como las estrellas para quedarme lejana sobre el firmamento.

Es posible vernos tal y como somos sin trampas, y adornos. Ir por las cosas sencillas. Dice Nietzsche que viviremos la misma vida nuevamente. Quiero volver a ver a Papá, volver al primer salto. Volar como en ese Septiembre colgada del arnés.

Mirar a los ojos a las personas e ir más allá de la retina. Quedar expuestos y que al mirarnos las pupilas se iluminen al descubrirnos en verdad. Como la desnudez. Me gustaría que todo importara menos delo que importa y que ocupe sobre todo menos espacio del que ocupa. No deberíamos nunca abrir la boca si sólo vamos a llenarnos de palabras huecas o buenas intenciones.
Cada día vestirse de miradas dulces, divertirse, pasear, hacer cosas pequeñas, ser capaz de sostener tu vida, sin amarguras, o pesar.

Mc Ginley es un fotográfo que me ha puesto a pensar.