El mito de la Aurora

Eos siempre sacude el ala del despreocupado sueño en algunos y abre con facilidad las puertas del amanecer...

La de rosados dedos y su vergonzosa despreocupación en elegir a sus amantes hizo que afrodita la maldijera para la eternidad, pues sedujo a Ares, que mirándola con ira a través de un espejo regalo de hefestos, la encontró en plena movida con esté en el lecho.  Así que haciéndola enamoradiza y con un deseo irrefrenable por todos los mortales, hoy los jóvenes que deambulan de un lado para otro en la oscuridad de la noche hasta que sale el sol, podrían ser objeto de que los rapten (con suerte) y ella los lleve a su lecho, pues aún descarriados con tanto vigor el poder de la aurora logra que todo ser viril goce siempre de ese deseo.

La alada Eos (Aurora) va por el cielo en una cuádriga tirada por dos corceles luminosos, se eleva sobre el óceano e ilumina el mundo anunciando a su hermano Sol.  La madre del viento y del atardecer, del lucero del alba y de un montoncito de estrellas gracias a Astreo. Cada día suelta el rocío de sus lágrimas por Titón y alguno de sus hijos para abrir las puertas de Oriente, esparcirlo sobre las hojas y florecer las plantas y flores. ...

Seguramente a estas horas de un sábado alegre, Eos les otorga a varios ese deseo por hacer honor al mito y no andan escribiendo como yo, que aunque el refrán diga que al que madruga dios lo ayuda, está mucho mejor el de la diosa del alba madrugadora que el día has de aprovechar, si no has de levantarte debes ponerte a fornicar.

El refrán no existe es de mi cosecha. La verdad es que por el poder de los dioses uno se inspira