Salvando Distancias sin Copiosas Comparaciones

¿Haz oído hablar de los anillos de los troncos de los árboles? ¿de cómo cada año de su vida arbórea queda impreso en un círculo?. Siempre me he preguntado si el inventor de los discos de vinilo se inspiró en ellos. Huellas, historias, canciones, todo viene a ser lo mismo.

Los humanos estamos también construidos por capas de diferente grosor que permanecen siempre interconectadas. Por eso todo lo que hemos sido lo seguimos siendo y resulta tan difícil determinar nuestra verdadera edad. Lo mejor es que cada círculo lo conforman nuestros recuerdos, nuestro pasado, nuestros sueños y las personas que conocemos y están en nuestra vida.
Desde que convivo hace unos meses con ciertos locos bajitos que tienen de 3 a 5 años, parece que mi vida es mucho más amable, no sé si su afabilidad y su desparpajo natural y tierno contribuyen a que me contagien, me den serenidad y también muchas risas. Creo que hasta he pensado últimamente en lo que nunca me pude haber planteado estando estable emocionalmente.  Como sería tener un hijo.

Ayer leía y constato siempre como las alegrías de la vida nos desbordan. El dolor y la pérdida a veces nos superan, el tedio y la monotonía pueden resultar aniquiladoras pero de la mano de la imaginación uno hace menos las penas,  o tal vez las sobrellevas. Puedes observar con tanto cuidado y atención lo que aparentemente no importa y hasta puedes hacer odas enteras a estampas amorosas y objetos inanimados.

Las cosas que pasan a nuestro alrededor de una manera errática, son a veces tan significativas que a menudo pienso que son contradictorias.  Un día te mueres y las cosas en que creías dejan de ser ciertas de un momento a otro.

Desde que no están ciertas personas, tengo la sensación de que alguien ha hecho un gran agujero en mi tronco,  tira con fuerza de uno de esos anillos, uno especialmente grande y precioso, mientras yo me aferro a él tratando inútilmente de recuperarlo. En ese forcejeo, toda mi estructura interna se desmorona y fragmenta, por momentos como si, de repente, se hubiera vuelto de mercurio o de papel...
y es entonces que pienso en lo que precisamente nos da fuerza. Esas personas de pronto no están pero sin que nos dieramos cuenta nos enseñaron a ser como somos, a sentir, a reir y a vivir.
Somos una pequeña extensión de ellos y entonces ellos no se van totalmente se quedan con nosotros.

Respira....