First Tale

-Oye cielo ¿me quieres?
Si claro... ¡mucho!

-Pero ¿cuánto me quieres?

Montones asi de grande como mi cabello

¿Si? pues es un montón es muchisimo
- ¡siiii !
Pues entonces peinate ¿no?.

- ¡No!

- anda nena hazlo por mi porfavor.
-No no, te he dicho que no

¿Quieres que me enfade entonces? no te dejaré salir no te dejaré hacer nada
anda ¿no te querrias ver como esa princesa?
-Que te digo que no, así con el pelo no puede uno sentirse libre
con eso pareceré un robot tieso y me dará dolor de cabeza

-Todos van a verse estupendos, incluso pregúntale a Mario
Si no obedeces entonces te quedarás aqui no irás toda greñuda

Después de meditarlo casi de inmediato accedió.  De un tirón su Madre comenzó la faena, la pequeña casi con una suerte de obediencia inmaculada sostuvo las horquillas que le sostendrían la pelambrera. Afuera impositivamente entre las rendijas de la ventana oía los gritos de alguien impaciente incitandola a jugar.
Inquieta ante el espejo miró su encairelado cabello negro hasta las orejas como en una especie de cebollas de tamaño mediano puestas en protuberantes hebras.
Una vez que terminó la madre. Se dió la vuelta y de un salto avanzó un par de metros fuera de la habitación corrió y escucho a su Mamá decir

-¡Cuida de no tropezar princesa!

Frunció el ceño como era ya costumbre y salió sin vacilar hacia el portal, ahí
le esperaba Mario con un bonito traje. Al verlo asi  ella pensó que a alguien mas le doleria la cabeza mas que a ella.
Sonriendo le tomo la mano juntos sus pequeños pasos y sus sonrisas ya hacían juego



*Feliz Cumpleaños Mamá*

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