Tras el
cristal sucio y rayado veo a cinco reinas descabezadas que yacen
abandonadas, como el saldo de un día de trabajo o un final de
temporada, las extremidades estan disperdigadas por el suelo, algunos
rostros se adivinan que llegaron tarde a la repartición de ojos y a una
le falta la boca y tras capas de polvo hay brazos, fémures y
claviculas. Sus cabezas calvas y fracturadas descansan, sin dueño, pero
a pesar de todo luchan por sobrevivir puesto que sucumbirán o serán
desechadas entre un marasmo de cuarteaduras de un momento a otro. La modernidad llegó cortándo cabezas, ahora las muñecas ya no se
hacen con la extremidad que para muchos sirve sustentar dolores, a
veces solo el remate de una bola de madera o metal se adapta para
evitar las dificultades de un proceso más caro y tardado que se
justifica como un capricho impuesto por la moda.
Hay muchos que
todavía tienen fe a las cabezas y se empeñan en crear cuerpos completos
sin ponerse limitantes, el origen de las muñecas están diseñadas según
los caprichos de la moda, cuerpos estilizados, ojos invisibles y manos
larguísimas, algunas de ellas lucen desalmadas, tienen rostro muy
pulido, resanado, rebozante, con sonrisa perfecta.
Presumen una
cabellera abundante, rollizos labios, pestañas largas y hasta algún
lunar que alguna diva del cine ya estaría envidiando. Carnes de resina
de vidrio se mantienen firmes y hieraticas. salvaguardan su juventud
que muestran dosis certeras de vestidos brillantes, tiaras, satines,
encajes, lentejuelas, vestidos de gala y noche o collares de perlas.
Bien dicen que en el Amor, en la Guerra y en la Mercadotécnia todo se
vale y en esta batalla por presumir el mejor atuendo, no todo exceso es
permitido, sino atentado. Encarnan los sueños de fiestas y "lujo" que
se mantienen sin importar estatus, promocionan marcas, recreándose a
partir de una moda, aparece siempre como un apetecible objeto cuya
misión es seducir.
Aparecen enfundadas como reinas, entre blancas
crinolinas y falsas o falsísimas perlas, exigen atención inmediata
dispuestas a seducir con sus galas a cualquier intrusa que cruce la
cuadra en busca de un atuendo, todas ellan saben los secretos para
lucir con garbo cualquier modelito.
Existen muñecas desalmadas
que ni el afro pasa de moda ni el lacio perfecto, dentro de vitrinas
bien colocadas lucen guantes de satén, o mallas negras de red siempre
sonriendo.
Quizá porque descabezar a un niño podría ser
considerada una actitud extrema o salvajismo, los únicos torsos que a
veces lucen sin cabeza son los femeninos, pechos erguidos y cinturas de
avispa que porta una faja, levanta glúteos sin inhibirse posa con la
seguridad que solo la resina le da, y se ve como toda una reina
plástica, de 1 a 100 años ellas no se cansan, se imponen ante las
inclemencias del tiempo proclamándose como reinas mortales.
Sin
embargo, la fibra de vidrio es un material mortal. Lo tocas y sus
fragmentos son diminutos tanto, que se pueden clavar en las manos sin
que puedas percatarte del daño hasta después.
Puede parecer
inofensivo, con apariencia al tacto como de seda sin ser de plástico fino
Genio y Figura, hasta la sepultura.
El epitafio está escrito precisamente debajo del balcón de ese edificio
viejo y antiguo, "Se Vende" en clara alusión al momento en que los
viejos maniquies sean desalojados. Nadie es indispensable, ni perfecto
ni aún cuando seas objeto provisto dentro de una vitrina delicada y de
cristal.
octubre 27, 2011
Crónica de las Muñecas Desarmadas
lo soñó o lo escribió Jo en octubre 27, 2011 octubre 27, 2011Etiquetas: Remake
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10 solo lo soñaron:
esas muñecas sin vda y ataviadas de manera hasta ridicula y kitsch tienen toda una historia detrás apuesto que si pudieran contarian cosas maravillosas.
pero la belleza frágil se rompe (al menos de patrones) o superficiales...
tratando de imitar elegancia
Los maniquies modernos no tienen expresión, les falta el rostro, son tan anodinos que casi ni los ves, pero los antiguos eran maravillosos, con pelucas, pestañas postizas, dedos largos con uñas pintadas...
Una entrada preciosa, Jo. Un beso.
Sí, antes de nada felicitarte por la entrada.
A mí esos maniquíes siempre me han parecido esbeltos y elegantes, se pongan lo que se pongan les sienta bien. Pero incluso los actuales, calvos y desprovistos de detalles, me parecen muy estéticos.
Esa pérdida de expresión que ha alcanzado a los maniquís sintéticos parece haberse contagiado también a los y las modelos de carne y hueso.
Qué tiempos...
Me doy cuenta de que el calendario de la cuenta regresiva ya solo marca un 2 ;)
besos
Excelente post, como siempre.
Maniquíes insensibles o al menos "no tan sensibles" como creemos. Cómo será su mundo? Te imaginas?
Un beso!
Las compro. Sus expresiones depresivas me apachurran el corazón, quiero todas las muñecas despellejadas.
Cuando las veo... me siento tan ajena a ellas...
No compartimos nada, ni la esbeltez de sus cuerpos, ni esos tonos pálidos en sus caras, ni las sombras oscuras en sus ojos, ni los atuendos de moda...
Yo me quedo en el rincón, como la muñeca fea... sí, fea... pero viva!!!
Besos
Cerca de casa hay una tienda donde los maniquíes que antes de leer esto me daban miedo , ahora me dan tristeza ya que la que fue su vitrina por muchos años, su edificio en el que me los imaginaba deambular por las noches esta a la venta… y no creo que el nuevo dueño respete a sus viejos moradores….un abrazo.
Llámalo romanticismo, vintage o como se quiera etiquetar, pero la elegancia de ciertos éste u otros "viejos" productos actualmente es difícil conseguirlo ni en diseño ni con nuevos materiales.
Excelente entrada.
¿Y los muñecos? ¿Dónde los dejas?
Todos esos especímenes carecen de una definición, y si a eso le agregas que mi pragmatismo últimamente tiene un estado 'OFF', mucho menos se les puede clasificar.
¿Por qué no tirarlos de un treceavo piso para ver cómo caen? O quemarlos, como se hacía en la antigüedad.
No sé si ver a es@s muñec@s caminando por la calle me da más pavor que ver Paranormal Activity... Acompañado de una de ellas...
Ah... La redundancia...
Cheers...
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