Ultimamente es como si guardara relación con el relato personal que
cada ser humano escribe mentalmente al compás de sus días. Nos sentimos privilegiados al adivinar que lo que hace que el
día sea trascendente es a veces que se nos atraviese una auténtica menudencia. Un amigo siempre me dice que sobrellevar la vida es precisamente tratando de no complicarla
A pesar de
que lo hayamos moldeado a golpes de crisis y raciones de aprendizaje,
alterando alguno de los capítulos que en otro tiempo nos parecían
intocables, nuestro relato no está inmunizado ante la decepción. A
veces se veía venir, dices, y otras te asalta por sorpresa, cambiando
bruscamente los renglones y moviendo las palabras sin punto y aparte;
ahí donde había cercanía escribes falsedad, donde leías cariño, ahora
figura rechazo. Se trata de decepciones pasajeras, por lo que sus
garras no tienen categoría de envite, pero resultan descorteses e
incluso te hacen sentirte miserable. En ellas puede cobijarse la ignorancia o la falta
de reconocimiento, el ninguneo o tu ego que esperaba impaciente el
momento para su puesta de largo.
Tal vez lo más intolerable de las decepciones sea su falta de elegancia; su espesura contrapuesta a
lo noble o lo transparente porque enseguida te eclipsa y en consecuencia tiene un precio que pagas
A
veces, las relaciones de trabajo se camuflan (por interés) bajo falsas
muestras de amistad mientras algunas relaciones amorosas se confunden
con historias imaginarias que nunca serán tal y como se habían soñado. Lo bueno es que en sólo las de verdadera amistad en ocasiones son mucho mejores. Ésas son las verdaderas
conquistas, aunque para lograrlas hay que vivir a cara descubierta, sin
reprimirle al corazón sus discursos temerarios.
Dice Eduard Punset
que la capacidad de amar, en las personas dichosas, es superior a su
miedo. Para ejercer la curiosidad o sentir un golpe de emoción es
necesario abandonar estrategias y cálculos. A menudo nos aconsejamos
unos a otros precaución en las relaciones humanas, medir la entrega,
aprender de las decepciones. Nunca he creído que la experiencia sea
garantía de nada, pero como mínimo te enseña que en muchas ocasiones
tus problemas, en realidad, son los problemas de otros.
No sé si la
felicidad es una sala de espera, la planificación del viaje en lugar
del propio viaje, como dice Punset. En todo caso, continúa siendo un
auténtico milagro que a un día le suceda otro, el primer café, la
promesa de una nueva página en blanco.
Yo soy muy estúpida por dar importancia a cosas que no lo merecían.
8 solo lo soñaron:
al final ... si bendito libre albedrio
mi libre albedrio seria poder decir las cosas sin destrozar todo...
Que decepción no ser de otro modo
Quien te ame lo va hacer por el simple hecho de que eres tu, por tu esencia , por tu fase buena y fase malevola....y claro nunca esta demas frenar un poco lado feo en cuanto empiece a surgir... jajaj aparte por amor la gente no precisamente cambia pero si se modera ....
Sí, es un milagro comprobar que los días se siguen sucediendo cuando se miran las cicatrices en el cuerpo.
Seguimos vivos, las heridas no fueron mortales...
besos
A veces he llegado a creer que sí: que la 'felicidad' está en esa cosquillita, en esa ansiedad que te acompaña mientras aguardas en 'la sala de espera', mierras planificas el viaje'. En eso más que en el paso siguiente de la sala de espera o de la planificación del viaje. Será porque la felicidad son pequeños chispazos, instantes de dicha que se esfuman y que a veces sólo aquilatas cuando ya han pasado.
Eres como eres y no debe haber decepción si los otros no ven lo que hay en ti es su problema no el tuyo, siempre habrá alguien que te valore, fuera de tu trabajo o en el.
Un abrazo.
Me queda la esperanza que brinda el cafe de la mañana, y es volver a tomar esa hoja en blanco y comenzar de nuevo.
Saludos!
Muchas veces pensamos e incluso nos creemos que somos los seres más felices de la tierra.
Debido al bombardeo al que estamos sometidos diariamente por la publicidad de TV y otros medios (en eso tienes algo que ver Jo) nuestra mente se manipula y se moldea a capricho del mejor postor. Nos apetece tenerlo todo, el mejor coche, la casa más grande, la mujer perfecta con las medidas exactas de pecho y cintura de avispa y una bonita sonrisa de dientes blanqueados.
Podrias creer que quizas la felicidad se mueve por otros derroteros más simples?
Quizas el oler el trigo recian segado, la amistad sincera entre dos personas, o el saber que hay alguien al otro lado del globo que esboza una sonrisa cuando te lee. Eso si es importante.
Al final tendremos que ir al médico para que nos recete pastillas para ser felices.
afírmate en decir: ayer, hoy y siempre, soy lo que soy y me encanta. y ya dramáticamente le agregas un: See yaaaaa bitches! jajajaaja si no te funciona, ya de perdida te reíste un poco!
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