Cartografía Estelar

Me pasé la tarde entera trabajando sobre la mesa del restirador, era muy apacible el tiempo pero parecía que se diluía en las horas después de que el sol ya cabizbajo y sin apenas fuerzas, golpeaba los edificios, enrojeciéndolos, mientras yo intentaba concretar un trabajo.

Casi sin darme cuenta me encontré en medio de la noche, en pleno desvelo y la luna de tanto en tanto, ahí estaba de metiche en el reflejo . La luna puede parecer tan solo un punto fijo de luz insignificante pero ejerce tanto poder que a veces en muchas ocasiones, si no es que casi siempre me ha ayudado a combatir ciertos desamparos y los endulza de un modo especial.

Ya he mencionado antes que no en vano han hecho canciones, poemas o historias alrededor de su poder, la luna puede ser etérea y enigmática, puede incluso parecer simple, sin oeste ni este nunca extraviada pero fija dando luz y escondiéndose entre las sombras, muchas veces me ha acompañado al esperar cierta inspiración, pensando cosas descabelladas sin mucha consistencia o tan solo aguardándome del desvelo, debajo de ella en compañia de alguna persona o entre la almohada y mi cobertor.

Mucho tiempo cargué con ciertas culpas y arrastrando cosas que ya no estaban al tiempo de mis circunstancias, caer en esos letargos tan largos era casi empeñarse en el estado de ánimo de cualquier escritor de novela negra, donde en el umbral de el propio apagón uno se envuelve más en la pesadumbre de que se alimenta la inspiración y no había conjuro que me salvara.

A veces mi memoria casi por encargo me hacía sus malas pasadas y se ponía en marcha llevándome a tocar fondo por días y días. Después se instalaba el miedo, la desolación, el pesar de quizá venir a atiborrando las cosas y escribiendo de manera oscura.

La verdad no encontré nunca una torre de la cual arrojarme con valentía, supongo que el miedo se apoderó tanto de mi que mas bien terminé aferrándome a ciertas cosas que me daban esperanza. Y ahí en pleno delirio nocturno me alcanzó la madrugada y luego los sueños; Soñé con cristales rotos, con muñecas, con barcos de papel que papá me hacía, con la sonrisa de mamá con mi ultimo viaje en exilio. Creo que después de ese día no he vuelto a soñar. Antes soñaba mucho, pero en estos días he heredado dos vicios; andar en bicicleta y un extraño libro de Murakami, que en su página 19 me avisó clarito y en español que me iba a mandar a un hoyo oscuro.

y pensé en mi abuela, y es cuando recuerdo a papá y a mamá que decían que tenía que ser valiente para todo ... incluyendo cuando estaba en el portal de la escuela con dos cartulinas bajo el brazo, siendo un pendón apenas... y que ellos esperaban ciertas cosas de mi para hacerles sentir orgullosos, mientras se acostumbraban a que no sucedieran otras, como el crecer; siempre fui la mas miedosa de mis hermanos, la que se fué de casa por pura convicción de hacer algo, y que sus papas pensaron que iba a volver derrotada o llorosa diciendo "ya no puedo" la que tomó siempre acciones explosivas o por el influjo del impulso ciertos desafios mordiéndose los labios ocultando su propio llanto o temor. Durante ese trayecto entre ausencias, huidas y otras salidas el amor me tocó fuerte, me puso en el lugar preciso y el correcto, me dió flores, ilusión, encontronazos, botellas de vino, canciones, corazones de alcachofa o de cristal para ver a través de el, poemas largos y prosas malas intercambiadas y al final después de todo ese trajin, entre sueños, muñecas rotas y pocas esperanzas de pronto me doy cuenta que hoy ya no tengo miedo.

Todo este tiempo experimenté muchos setimientos que dieron sentido ahora a lo que siento, a quien soy ... el amor, los celos, la culpabilidad, el hastío, la tristeza, la mala conciencia, la posesión, el sentimiento de culpa o de repetición, el rencor,el orgullo, el ego desmadrado, la felicidad, la alegria, el deseo y la esperanza son quizá ciertas cosas añadidas que se repetirán en la bitacora, pero también las risas, los amaneceres, las canciones, los retazos de poesia, la ilusión y las personas nuevas. No cabe duda que desde la torre mas alta de la cual uno pudiera arrojarse, uno termina por asirse a las formas que aparte de miedo, nos dan esperanzas.

Estoy lista, no más corazones de alcachofa, ni cristal