Escucha

Es increible como puedes saber hasta mis estados de ánimo y cada una de mis exhibiciones; Tal vez descifres mejor que yo la manera de expresarme en ademanes, si acaso apenas esbozo señales o dibujo algunas palabras.

Parafraseando, creo que me quiero quedar con tu nombre, con aquel primer guiño, con el roce de las miradas, con esa fotografía que jamás osare pedirte, esa imagen tuya que no tendré.
con los besos regalados y los torpes que quedan al aire.

Esa sonrisa de niño bueno, con esa mirada tenue, con la altivez de tu paso, con los guiños torpes, esos que se tropiezan. Con las palabras simples, sencillas y dulces, con la candidez de tu trato, con tu sonrisa complice, con tus sorpresas repentinas. Con toda esa profusión, con esa magia, con esas palabras de verdad, con tu buen humor con el mordaz, con lo que me hace estallar en risas francas de tan ocurrentes, de esa parafernalia llena de honestidad que a veces pretendo entender.

Deseo que en el rincón mas preciado de tu memoria, quede alguna quimera por tejer, una luz en la mirada que recuerde las palabras, las promesas no borradas todavía del calendario y a lado esos sueños con tinta roja.

Hoy nadie sabe lo que le pertenece hasta que no lo busca y lo arrebata, como algo que es y debe ser siempre de uno, porque nadie es lo suficientemente valiente ni lo suficientemente ducho para hacerse de un manual o un instrucctivo que burle al destino.

Toda la semana no pude pensar en otra cosa, y no basta recordar que es la unica cosa en la que pienso cuando despierto. No basta recordar que no puedo olvidarte, no facilmente. Las luces no se apagan y tampoco pueden rescatarme de este mar de gente, ahora mismo tan solo entre tantos gritos y barullos, yo solo soy un susurro que te codicia desde lejos.

Si pudiera, te daría un beso como los de Julián Sorel en su literatura.