Cuento de la Media Naranja

La gente no me cree

Cuando aseguro que no sólo tolero,
Sino que incluso pretendo,
Una de esas relaciones en las que
Dos personas tropiezan
Y de repente
empiezan a caminar y a comer,
amar, a fumar y soñar, a llorar
a bailar y a dormir juntas,
en desordenadas dosis…

pero nada de medias naranjas,
que las piezas de frutas abiertas se pudren

Mattel y Disney nos atiborraban de historias fantásticas de princesas y príncipes. Los primeros relatos a partir de los que siendo niño aprendes a leer, están diseñados para enseñar las reglas necesarias, sin tener en cuenta el significado, excitando de algún modo la curiosidad y brindado un toque divertido y emocionante., no hay nada creo yo como los cuentos de hadas, las historias fantásticas, mitos o leyendas. A través del tiempo estas historias repetidas una y otra vez como formulas mágicas se han ido refinando y han llegado a transmitir al mismo tiempo sentidos evidentes y ocultos, llegando simultaneamente a dirigirse a los niveles de la personalidad.

Sin embargo. los príncipes modernos de hoy en día son parecidos a Shrek (panza cervezera y humor de ogro), mas que comprensivas, las personas duermen, se enojan, roncan y algunos pueden quedar pasmados frente al televisor si hay fútbol. Recuerdo que en la preparatoria en mis primeros ezbosos de amor estudiantil rosa, hubo un chico por el cual moría y lucia tal cual como un autentico príncipe, para curarme y desengañarme mi mejor amigo me sugería imaginarlo haciendo caca en el baño y el príncipe en cuestión ya no lucia tan perfecto y por acto mágico lo "encantador" se esfumaba en un pis pas.

Nosotras como seres de carne y hueso también somos mas parecidas a Fiona que al resto de las estilizada princesas de Disney. Cuando cantamos desafinamos, y al despertar no tenemos una corona que adorna nuestro cabello sedoso como de comercial, sino (en mi caso) un montón de nudos por deshacer.

En historias Reales aterrizadas al mundo terrenal, Camila Parker se quedó con el Principe Carlos y la dulce y bulímica Diana de Gales murió en un accidente fatal junto a su amante a razón de una persecusión ataviada de paparazzis y un bólido de acero (no un corcel). Ningún Hada madrina lo evitó.

Grace Kelly después de vivir un cuento de hadas, se mató en un auto manejado por una de sus hijas y Carolina de Mónaco a su vez fue engañada por un plebeyo Phillipe Junot, sin que le importaran ni sus mas caras escuelas, ni su refinada conducta.

Es una pena reconocer que aquellas fantasías no sirven en la realidad y que el príncipe azul no existe... pero tampoco el verde, o el amarillo. Si asumimos que tanto hombres y mujeres son seres humanos con virtudes y defectos podremos encontrar entre ellos a nuestra pareja real o Real. Hoy miro a demasiadas niñas de entre 3 y 6 años "casarse" con esa idea, tienen a las historias fantásticas como su único referente. El problema es que cuando llegan a los 30 pareciera que el príncipe es el único que permanece como su referido.

Los personajes en las historias de hadas no son ambivaletes, no son buenos ni malos al mismo tiempo como somos todos en la vida real. La polarización domina la mente en los seres humanos incluidos desde niños, esta presente en los cuentos y en la vida real. Por lo pronto me queda claro que en la edad adulta podemos obtener una comprensión inteligente del sentido de la propia existencia en este mundo a partir de nuestra experiencia en el. Hoy descubri que el me gusta tal cual es (y si luce perfecto, pero yo se que no lo es) un pis pas

y eso que no me he comportado como una princesa todavia (no necesito hacerlo)

La ilusiòn se alió con el Otoño.