Goce Hormonal

En mi familia nunca hemos sido lo suficientemente aficionados a la pasion del futbol, mi padre solo era fanático de un solo equipo pero no para exagerar comprando afiches o souvenirs, a mi madre nunca le llamo la atención es mas ella se queda dormida instantaneamente despues de prender el televisor y cuando estuvimos realmente interesados en ver un deporte era porque mi hermano estaba en un equipo de americano, o teníamos entradas para el béisbol. Los domingos eran de esparcimiento y de retozo a la máxima expresión y lo que menos hacíamos en casa era prender un televisor, a menos que hubiera un acontecimiento olímpico o competencias de algún tipo ajenas a un Balón. Siempre fui mala para ver deportes y para practicarlos, el mundial del 86 lo saboree a medias y no muy avidamente, puesto que estaba en Secundaria y yo tenia que ir a la escuela por las tardes, recuerdo un partido entre Mexico y Bulgaria y uno con Alemania, obviamente yo deseaba con fervor que Mexico ganara, y como es natural, no se me hizo. El futbol me hacia lamentar las derrotas a mis escasos 11 años y quiza por eso no le halle el gusto completamente, relacione pronto el domingo aburrido con ese sonido particular de la aficion en pos de un partido alrededor de un estadio y su cancha.

Despues de un buen tiempo ya siendo "cancha reglamentaria" alguna vez experimente ese placer de ceder un domingo aburrido e intrascendente en pos del partido dominguero compartiendolo a lado de un complice, novio o amigo con el pretexto de gritar gol, aunque siempre perdiera su equipo favorito, o mis pobres Pumas no dieran una; tomar cerveza no es lo mio pero papas fritas industriales con salsa botanera ¿quien se resiste?  no puedo negarlo, me he dado cuenta que ultimamente sin compañia masculina le he tomado cierto disfrute silencioso en observar las piernas de los jugadores, se oye malinchista pero me he fletado mas partidos de la Eurocopa como autentica aficionada energumena, no me puedo negar que ese placer se concentra mas cuando veo especialmente un partido de corte internacional especialmente donde están implicados los Suecos, los Ingleses, los Italianos y los Españoles.

Durante estos torneos tanta pierna maravillosa, tanta escultura portátil, aumenta el placer visual e incrementa los estrogenos de mi cuerpo porque la testosterona es a veces contagiosa y no solo en las feminas se aprecian las piernotas y el trasero colosal. Mi hermana incluso me mira extrañada si pongo atencion a un partido ajena a mi interes, y en tono de reproche mas de una ocasion la he oido repetir: "¿viendo futbol? , ¿desde cuando te gusta a ti el futbol?" y con una mueca de sonrisa a manera de contestacion veo las piernas de los jugadores agitarse en su campo de batalla con una voz en off que narra toda la odisea. Es que a mi no me gusta el futbol, sino los futbolistas.

Hoy sigo invicta, no hay tiros de esquina ni penales que amonestar, puras tarjetas rojas caray, no tengo complice, novio o amigo, que comparta conmigo la emocion por el deporte, las papas industriales y la cerveza, pero por lo pronto seguiré viendo partidos de vez en cuando a causa de algunas piernas de los jugadores, es decir por razones estricta y únicamente de carácter hormonal. Tenia que poner mi coment frívolo al final porque en estos días que corren entre mercenarios, apostatas y mesías de un día, o máximo dos, llega de vez en cuando un bálsamo que me recuerda por qué, a pesar de todo, me gusta aunque no tanto como algunos futbolistas, ese deporte de 22 tipos corriendo en pantalón corto detrás de un balón.

Apuesto que mas de uno penso mal y conjeturo al leer el titulo de este post, pero que creen soy incapaz de colocarme un autogol.