Viaje en Autobús

Yo Quise regalarle un caballo blanco y un violín de queso, un pájaro rojo, un pájaro verde
como aceituna, una aceituna como el pájaro verde y un color almíbar con el que enjugarle los ojos
el pájaro era para que pudiera descubrir la voz y al besarle una buena madrugada me contagiara
el sabor y no apareciera el miedo que le hiciera preso y que no tuviera ganas de huir jamás; esa ocasión recuerdo le pedi : "quedate aunque sea un poco mas de tiempo, no tengas miedo , no abandones el lugar como si fuera un accidente"

Pero el destino no cumple caprichos ni esta pendiente de deseos, lo que no quería pasó, alguna confabulación dió lugar, y aunque yo no quería que se bajara del autobús, me quedé sentada, quieta, extraña, ajena a tanto regalo.

Hoy sigo en el mismo autobús pero con destinos diferentes. Uno distraído, absorto en imaginaciones y esperanzas recién sembradas; el otro con ceño fruncido, con agrio gesto que enmascara la dulzura de mi cara que ahora atesoro entre mis recuerdos. No, no era la misma belleza que idolatré como sólo se puede hacer con aquello que sabemos inalcanzable y superior.



Al bajar del autobús y en el cruce de miradas, sólo en ese instante, se repitió aquella otra época en la que él continuaba su camino con un saludo de despedida vago y desoncertado. Pero en esta ocasión sólo lamenté que alguien haya robado la alegría que una vez quise para mí, dejando la grosera huella del desencanto y el dolor. ...continuo ensimismada en imaginaciones y esperanzas sembradas, encuentro que los amores platónicos que no fueron, se extinguen como la luz de las estrellas al amanecer