Hace poco leí -no recuerdo dónde ni el autor- que el síntoma más primario de felicidad es desear la repetición. Quizá repetir la experiencia no garantiza repetir las mismas sensaciones, se dice que la primera y mágica impresión solo se vive una vez.
Pero hablar de felicidad y repetición no es fortuito, no solo repetimos lo que nos hizo conscientemente feliz, sino tambien lo traumático que no se pudo resolver. A veces, parece que hay un momento que es perfecto, la luz, la comida, el paisaje, la compañía; nos debatimos entre el disfrute del instante y la necesidad, de atrapar esa fracción de segundo para que no se escape para siempre.
Nishida Kitaro hablaba de la experiència pura como la primera ocasión en la que experimentamos una sensación. El resto de veces, ya no lo disfrutamos con la misma intensidad: buscamos la repetición del placer; Y es cierto, sucede con los sitios, los aromas, sabores, las personas que quieres, los libros que te marcaron, los viajes que hiciste. Uno siempre desea volver a repetir aunque sea recordando.
Me resulta un tema fascinante. Quizá muchas veces volvemos por nostalgia, anhelamos momentos que pasaron, y olvidamos que no fuimos tan felices como la nostalgia nos hace creer que fuimos. ¿A qué momento volverían (si pudieran) para cambiarlo para siempre, prevenir algo, hacer o evitar hacer algo?
casi es lo mismo decir (a mis 31)
- éramos felices y no sabíamos que lo eramos-