inculcar la protección del idioma original, y disfrutarlo siempre lo he defendido pero pocas personas me entienden. Gracias a dios el cine aquí no es doblado, ¡cuánto mejor! ni ceceado dijera mi amigo Español- nada como escuchar el audio original subtitulado.
Antes creo que el cine a veces solía ser marginal, impopular y hasta caro. A veces, si te empeñabas, con horarios insólitos y funciones clandestinas en las que poco podías pescar que no hubiera doblajes pésimos.
La verdad es que aquí te sale ahora mas caro comprar chucherías y chunches que la entrada
Las salitas son ahora una especie de teatrito estrecho y largo, casi siempre como quien entra a un baño desconocido a tientas logras verificar el asiento numerado (si, si numeran como en el teatro) buscas una posición imposible entre la butaca, entre cálculos mentales, diálogos y soliloquios
Aún con todo lo que se pueda decir de México, los noticieros pintados de amarillo, esta ciudad es tan noble que puedes salir en ciertas partes de la ciudad justo después de la media noche después de la función de cine.
Me sabe un poco a victoria el poder compartir aunque sea subtitulado un momento en el que las cosas magníficas, música blues, groserías genuinas, comicidad, alguna línea memorable de acento extraño del suburbio de otro país con alguien pues nunca he reunido el suficiente valor para acudir al cine sola
De mis experiencias memorables, alguna vez me besé largo y una sola vez con alguien, Otra ocasión alguien demasiado estresado para estar en una sala le gritaba improperios e insultos al de a lado que creo fue mucho mas terrorifico que el propio film.
De tan mala película alguna vez mis tres amigos y yo, huimos tan rápido como pudimos de alguna sala de cine donde había un doblaje espantoso dejando olvidados la rabia y la impotencia que aquella ocasión había en la pantalla. Alguna ocasión desvanecida en alguna butaca no pude contener el sueño, y me di cuenta hasta que el bote de palomitas callo al piso derechito mirando un musical.
6 solo lo soñaron:
Callados o caídos frente a la pantalla del cine en cualquier idioma, siempre que haya oscuridad y deseo.
Mágico instante de autohipnosis.
Hace años mil que no voy al cine. Ni a hacer manitas ni a ver la película. Jajajaja. Besotes.
Algo muy absurdo es la traducción de los títulos. El colmo fue lamentable My girl, traducida como Mi primer beso, cuya secuela también lamentable se tituló (en castellano) Mi primer beso...2.
Y el colmo de fastidio fue ver El hombre de Acero en 3D cuando se quedó sin sonido. Y proyectaron la película desde el principio. Por suerte me gustó.
Noté algunas de esas miradas entre el público, viendo Maléfica.
Me has hecho recordar historias mías de cines...
Gracias.
Soy de ver películas dobladas, me he convertido en perezoso en ese tema y sólo si no hay más remedio, la veo con subtítulos. Aunque a la vista de algunos doblajes, creo que poco a poco me iré pasando al lado oscuro.
La verdad es que yo no tengo historias de cine que contar. Mis experiencias en las diferentes salas a lo largo de mi vida han sido de lo más convencionales. Con decirte que lo más raro que me ha pasado es tener alguien detrás a alguien que te da con el pié en tu butaca.
Un beso.
Aquí, y gracias por eso!!, el cine también es subtitulado. Yo tampoco soporto el doblaje, porque creo que se pierde algo de la intención del actor en la creación del personaje. Porque siempre que he visto las dos versiones (doblada y sin doblar) algo se perdió en el cambio.
Manías dicen algunos.
Yo siempre prefiero la versión original...aunque sea japonés o mandarín.
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