o las recordaras pero no es posible..."
dichos de mi Abuelo
Ahí sentada al borde de la cama. Su cabello alborotado indicaba que aún no había salido de ese sueño tan maravilloso en el que saltaba de charco en charco. Sus ojos en cambio, tenían el aspecto desorientado, la mirada brillosa y temblorosa siempre fija por un rato en la ventana.
A veces, observaba las cosas como cuando uno es niño y las descubre por primera vez. Una mañana no supo que perdería la memoria pero nadie lo notó, sus descuidos, tener que ver los platos sucios en el fregadero para constatar que ya había comido seguro al principio o no saber donde estaba el baño de su propia casa le asustó.
Por un tiempo solicitaba de ayuda para dedicarse a recordar con la ayuda de fotos, cartas y escritos. Una pizarra era por lo menos el asidero posible para poder tejer una historia. Sorprendida por la cantidad de detalles y relaciones registradas en su memoria de a poquito, fueron pareciendo intrascendentes e inútiles...
Poco a poco se olvidó de su nombre, los hábitos de como se aprendieron e incluso no supo de muertes prematuras, logros y hasta nombres.
A veces salía de su encierro, a veces tiraba todo.
Se dispuso a vivir desde las pausas y los silencios que fueron desarticulando su mundo hasta convertirse en una mujer sin pasado que descubría día a díay con deleite el café con leche cada mañana, o el milagro deslumbrante de las flores o el sabor del helado.
Varios minutos hincha su nariz al máximo, como para aspirar tremendas bocanadas de aire, luego expulsa largos suspiros. Hasta que como su pasado y sus recuerdos tal vez un buen día se le olvide respirar.